II.

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                                                                                          2.

|Narrador|

James esperaba a sus hijos con gran entusiasmo. Detrás de él estaban los objetos que representaban su historia personal. No eran mucho. Aparte de la guitarra, Kim había sido capaz de embalar sus pertenencias en una única caja, y había tardado menos de media hora en ponerlo todo en su lugar. Había una foto de él con su padre y su madre cuando era joven, otra foto de él tocando la guitarra cuando era adolescente. Éstas estaban montadas entre dos de los títulos que había recibido, uno de Chapel Hill, y el otro de la Universidad de Boston, y, debajo de ellas, había un certificado de reconocimiento de Gulliard después de haber enseñado durante quince años.

Cerca de la ventana había tres calendarios enmarcados. En este marcando fechas qué fueron importantes para el. Más importante, sin embargo, había media docena de fotografías de Cory y Meghan algunas pegadas en la pared o enmarcadas y, cada vez que las miraba se acordaba de que, a pesar de sus buenas intenciones, Meghan lo seguia odiando.

Ultimamente habia tenido un dolor de estomago. Afortunadamente, su dolor se había reducido desde la mañana, pero había estado nervioso durante días, y él sabía que iba a volver. 

Él siempre había tenido un estómago débil; a los veintitantos años, había tenido una púlcera y fue hospitalizado por diverticulitis*; cerca de los treinta años, habían tenido que extirparle el apéndice después del estadillo que tuvo mientras Kim estaba embarazada de Cory. Comía Rolaids como si fueran dulces, tomaba Nexium desde hacía años, y aunque sabía que probablemente podría comer mejor y hacer más ejercicio, dudaba de que alguno de los dos pudiera ayudarlo.

Desde que su padre murió, hacía seis años, él había cambiado; era más dulce y apreciaba más a las personas. Hacía cinco años que había renunciado a su posición en Gulliard, y un año después de eso había decidido probar suerte como guitarrista de concierto. Hace tres años, él y Kim decidieron divorciarse, y menos de doce meses más tarde, las fechas de la gira comenzaron a disminuir, hasta que finalmente se terminaron por completo. El año pasado, él se había mudado de vuelta aquí, a la ciudad donde había crecido, al lugar que nunca pensó que vería de nuevo. Ahora estaba a punto de pasar el verano con sus hijos. Sera un verano genial, penso.

Tenía cuarenta y ocho años. Había terminado su matrimonio, su hija lo evitaba, y y su hijo estaba creciendo sin él. Mirando atrás, sabía que no tenía a nadie a quien culpar más que a sí mismo, y más que nada, esto era lo que quería saber:  Pero la mediana edad, a veces creía, lo había hecho tan reflectivo como un espejo. Aunque en un tiempo había creído que la respuesta estaba de alguna manera en la música creada por él, ahora sospechaba que había estado equivocado. Cuanto más pensaba en ello, más se daba cuenta de que, para él, la música siempre había sido un movimiento que lo alejaba de la realidad, en lugar de ser un medio para vivir en ella más profundamente. La música daño a su familia. Hizo qué su hija lo odiada, qué se divorciada....y más. Pero no hay vuelta atras.

Ahora creía que la respuesta verdadera estaba en algún lugar entre el amor que sentía por sus hijos, en el dolor que experimentaba cuando se despertaba en la casa tranquila y se daba cuenta de que ellos no estaban allí. Pero incluso entonces, sabía que había algo más. Y de alguna manera, esperaba que sus hijos le ayudaran a encontrarlo. O eso esperaba.

*** 

Unos minutos más tarde, James notó que el sol se reflejaba en el parabrisas de una camioneta polvorienta en el exterior. Él y Kim la habían comprado hacía años para salidas de fin de semana a Costco y vacaciones familiares. Se preguntó de pasada si ella se había acordado de cambiar el aceite antes de comenzar el viaje, o incluso desde que él se había ido. Probablemente no, decidió. Kim nunca había sido buena en cosas como esas, razón por la cual él siempre había tenido que encargarse de ellas. Pero esa parte de su vida había acabado. James se levantó de su asiento, y al momento en que salió al porche, Cory ya estaba fuera del coche y corriendo hacia él. 

The things change. |hs| JulioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora