III

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Después de descargar las maletas, James se fue a la cocina, donde sacó cubitos de hielo de la antigua hielera y los dejó caer dentro de los vasos no coincidentes que habían venido con la casa.

Detrás de él, oyó a Kim entrar en la cocina. Tomó una jarra de té dulce, sirvió dos vasos y le dio uno a ella. Fuera, Cory estaba alternativamente persiguiendo y siendo perseguido por las olas, mientras las gaviotas revoloteaban, de manera graciosa.

— Parece que Cory se está divirtiendo. — Él dijo.

Kim dio un paso hacia la ventana. — Él ha estado emocionado por venir durante semanas. — Ella no tanto. — Él te extrañaba.

— Yo también lo he extrañado, más de lo qué cree.

— Lo sé. — Ella dijo. Tomó un sorbo de su té antes de mirar alrededor de la cocina — Así que éste es el lugar, ¿eh? Tiene... estilo..

— Por estilo, asumo que has notado el techo con goteras y la falta de aire acondicionado.

Kim estallo en carcajadas.

— Sé que no es mucho. Pero es tranquilo y enfrente del mar.

— ¿Y la iglesia te permite quedarte aquí de forma gratuita?

James asintió. — Pertenecía a Carson Johnson. Era un artista local y, cuando murió, dejó la casa a la iglesia. El pastor Harris dejará que me quede hasta que esté listo para vender.

— ¿Y cómo es vivir en casa? Quiero decir, tus padres solían vivir a, ¿qué? ¿Tres cuadras de aquí? ¿no?

Siete, en realidad. Algo cerca. — Está bien. — Se encogió de hombros.

— Está tan lleno ahora. El lugar realmente ha cambiado desde la última vez que estuve aquí.

— Todo cambia. — Dijo él. Se apoyó en el mostrador, cruzando una pierna sobre la otra — Entonces, ¿cuándo es el gran día? — Preguntó, cambiando de tema — Para ti y Steve.

— Steve… acerca de eso...

— Está bien. — Dijo, levantando una mano — Estoy contento de que encontraras a alguien.

Kim lo miró fijamente, claramente debatiéndose si aceptar sus palabras o zambullirse en el territorio sensible.

— En Enero. — Ella dijo finalmente — Y quiero que sepas que con los niños… Steve no pretende ser alguien que no es. Te agradaría.

— Estoy seguro de que lo haría. — Él dijo, tomando un sorbo de su té — ¿Cómo se sienten los niños acerca de él?

— A Cory parece gustarle, pero a Cory le gustan todos.

— ¿Y Meghan?

— Ella se lleva bien con él, tan bien como contigo.

Él se rió antes de notar su expresión de preocupación. — ¿Cómo está ella en realidad?

— No lo sé. — Ella suspiró — Y no creo que ella lo sepa, tampoco. Ella está en esa etapa oscura, de mal humor. Ignora su toque de queda...no a tenido novio. Trato de hablar cosas típicas de adolescentes, porque recuerdo lo que era... pero... — Ella sacudió la cabeza — Viste la forma en que estaba vestida, ¿no? ¿Y su cabello y ese maquillaje horrible?

— Mmm.

— ¿Y?

— Podría ser peor. — Kim abrió su boca para decir algo, pero nada salió, James sabía que tenía razón — Cualquiera que sea la etapa por la que está pasando, cualquiera que sea tu temor, Kim, Meghan aún sigue siendo Meghan.

— Supongo. — Reconoció. Antes de sacudir la cabeza — Sé que tienes razón. Es sólo que es tan difícil últimamente. Hay momentos en que sigue siendo tan dulce como siempre. Al igual que con Jonah. A pesar de que pelean como perros y gatos, todavía lo

lleva al parque cada fin de semana. Y cuando él tenía problemas en matemáticas, le enseñó todas las noches. Lo cual es extraño, porque apenas pasa cualquiera de sus materias. Y no te he dicho esto, pero la hice tomar el SAT* en febrero. Ella se equivocó en todas las preguntas. ¿Sabes cuán inteligente hay que ser para fallar cada una de las preguntas?

Cuando James se rió, Kim frunció el ceño. — No es gracioso.

— Es un poco divertido.

— Tú no has tenido que lidiar con ella en estos últimos tres años.

Él hizo una pausa. — Tienes razón. Lo siento. — Tomó su vaso de nuevo — ¿Qué dijo el juez con respecto al robo en la tienda?

— Lo que te dije por teléfono. — Dijo con una expresión resignada — Si no se mete en más problemas, será borrado de su registro. Si lo hace de nuevo, sin embargo... — Ella se fue apagando.

— Tú estás preocupada por eso. — Él comenzó.

Kim dio la vuelta. — No es la primera vez, ese es el problema. – Confesó — Ella admitió haber robado el año pasado una pulsera, pero esta vez dijo que estaba comprando un montón de cosas en la farmacia y no pudo contener todo, así que metió el brillo labial en su bolsillo. Ella pagó todo lo demás, y cuando veo el video, parece ser un error honesto, pero...

— Pero no estás segura.

Cuando Kim no respondió, James sacudió la cabeza. — Ella no está dentro del perfil de ‚Los Más Buscados de Estados Unidos. Ella cometió un error. Y siempre tuvo buen corazón.

— Eso no significa que esté diciendo la verdad ahora.

— Y no quiere decir que mintió, tampoco.

— ¿Así que tú le crees? — Su expresión era una mezcla de esperanza y escepticismo.

Él viajó a través de sus sentimientos acerca del incidente, como lo había hecho una docena de veces desde la primera vez que Kim se lo había dicho.

— Sí. — Dijo — Le creo.

— ¿Por qué?

— Porque es una buena chica.

— ¿Cómo lo sabes? — Preguntó ella. Por primera vez, sonaba enojada — La última vez que pasaste tiempo con ella, estaba terminando la escuela media. — Se apartó de él entonces, cruzando los brazos mientras miraba por la ventana. Su voz sonó amargada cuando dijo — Podrías haber vuelto.No tenías que viajar por todo el país, no tenías que mudarte aquí… podrías haber formado parte de sus vidas.

Sus palabras le picaron, y sabía que ella tenía razón. Pero no había sido tan simple, por razones que ambos sabían, aunque no lo reconocían. El cargado silencio pasó cuando Steve finalmente se aclaró la garganta. — Sólo estaba tratando de decir qué Meghan sabe diferenciar lo bueno de lo malo. Por mucho que afirma su independencia, todavía creo que es la misma persona que siempre fue. En las cosas que realmente importan, no ha cambiado.

Antes de que Kim pudiera deducir cómo o si ella debía responder a su comentario, Cory entró por la puerta principal, sus mejillas enrojecidas. — ¡Papá! ¡He encontrado un taller genial! ¡Vamos! ¡Quiero mostrártelo!

Kim arqueó una ceja.

— Está en la parte de atrás. — Dijo James — ¿Quieres verlo?

— ¡Es increíble, mamá!

Kim miró de James a  Cory, y viceversa. — No, está bien. – Dijo — Eso suena más como algo de padre e hijo. Y, además, realmente debería irme.

— ¿Tan pronto? — Preguntó Cory.

***

The things change. |hs| JulioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora