Su posición es perfecta, su manera de estar sentada es como si un angel bajara del cielo y se sentara en el trono más espectacular, perfecto, y delicado, que hay.
Su palida cara, sus piernas perfectas.
Sus labios son construidos apartir de dos trazos de seda rojos opacos.
No quiero dejar de verte.
No te conozco, no sé quién eres.
Pero me atrapas con tu sonido.
Y me liberas con tu silencio.
Quisiera tocar tu hombro con mi antebrazo.
O solo dirigirte mi palabra.
Delicada y perfecta.