Power Rangers?

Prólogo

Corría.

No solo por mi dolor, por mi decepción o por la ira y la importancia.

Sentía que todo el peso de mi mundo caía en mi espalda, me costaba respirar y mis ojos no paraban de llorar.

Esquivando árboles y ramas del bosque para huir, por más que me dolieran mis heridas debía salvar a mi manada, sé que vienen por mi y no permitiré que más personas mueran por mi culpa. Debo enfrentarme a ellos sola, aunque eso signifique no volverlos a ver nunca más.

Con la mirada fija y una decisión tomada, la furia me invade, y dejó que la bestia que vive dentro de mi tome el control, apenas consiente de lo que estaba haciendo.

Me di vuelta y enfrenté al atacante destrozando lo poco a poco sin que mucho importase que fuera de metal. Pieza por pieza, brazo por brazo lo destroce con furia incontrolable llamando la atención de sus semejantes. Eché las orejas hacia atrás y mostré mis dientes junto con un gruñido muy profundo.

Al llamar su atención dejaron de atacar a mi manada para dirigirse a mí, unas luces pequeñas se encendieron a los lados de su cabeza, acto seguido corren en mi dirección. Sin pensarlo dos veces huyó a la profundidad del bosque.

Los disparos pasan muy cerca de mí, era cuestión de tiempo para que alguno me alcanzara....

Pero todo se hace oscuro y frío. Escucho voces, pero no son palabras las que salen, no entiendo nada.

Abrí mis ojos para darme cuenta de que todo era un sueño ya que seguía atrapada en el mismo agujero. Me encuentro atada a una camilla, se que no puedo romper las ataduras, lo he intentado muchas veces ya, se lo sé aproxima.

Un de esos ayudantes del que llaman Doctor me sedar nuevamente, aunque eso no funcione, sé que después el entrará y pondrá otra cosa dentro de una jeringa con un color horrible y que probablemente me termine dando un dolor de muerte; y ¡sorpresa! Todo esto otra vez. Otra maldita vez de las veintinueve veces por las cuales e pasado por este procedimiento.

- Hoy es un día muy especial experimento 3092, has demostrado ser tan fuerte que aguantaste todos y cada uno de los procedimientos. Regocija te.- Frunci el seño, ¿De que habla?.- Considera este día como tu graduación, te prometo que esta será la última vez que nos encontremos aquí.

-Deja me adivinar, me pondrás otra cosa, me sentiré mal por un rato y después lo volverás a hacer. ¡Créeme que si estás malditas ataduras no estuvieran te arrancaría la cabeza de un mordisco!.- ¡Quiero descuartizar lo con mis dientes!.

-Ho y estoy muy seguro de que si podrías, después de todo para eso son estas pruebas querida.- Dijo calmado, se podía escuchar como caía agua en una superficie metálica.

-¿¡ A qué, demonios te refieres !?.

-No tienes de que preocuparte, te dolerá, más que otras veces pero resistirás. Sé que lo harás.- De la nada la camilla en la que me encuentro se eleva y se acopla con una especie de máquina llena de tubos, por dentro parece a las cápsulas muy similares a las que me metían en un principio pero por dentro tiene agujas que se acomodan a lo largo de mi cuerpo.- Después de todo eso eres Un arma letal y fríamente perfecta.

Comienzo a temblar de la irá, el agua está muy fría y me retuerzo para zafarme, sin resultado alguno. La cápsula se cierra y se llena de agua hasta mi rostro.

Temo por mi vida...

La máquina se enciende y las púas que giran muy cerca de mi piel.

- Serás el arma de destrucción de tu propio mundo.- Es lo último que escucho.

Las púas se clavan en todo mi cuerpo y puedo sentir con facilidad como rompen mis huesos he introducen un líquido extremadamente caliente.

Un rugido muy potente sale de mi garganta...Todo después de eso es negro...