Argentinian Girl || Marco Asensio

E I G H T

«I've been thinkin' bout you. I'm thinkin' bout you. I'm just thinkin' bout you»

Sonaba la canción de Ariana Grande en mis audífonos, instantáneamente pienso en Marco. Claramente me esta pasando eso, pienso todo él día en Marco Asensio.

Te gusta. Te encanta. Admitelo.

Sacudo mi cabeza, borrando esos pensamientos y decido salir a comprar las cosas para la casa.
Milagros y Mateo fueron donde la madre del chico, volverán en la noche y les prepararé algo.

No conozco muy bien él lugar pero me ubico por lugares claves.

—En la esquina hay un bar doblas para la derecha, sigues dos cuadras y luego hacia la izquiera envontraras un mercado—recorde cada palabra de mi amiga.

Salgo del apartamento y me muevo en la  dirección marcada.

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Miro hacia atrás, creo que me perdí. Creo reconocer él problema, doble en la cuadra anterior.
Veo un callejón que parece ser una salida aunque no haya nadie ahí.

Camino en silencio, mirando hacia atrás para ver si alguien viene. Nada.

Volteó y veo venir un hombre.

—¡Disculpa! Me he perdido, ¿sabes donde esta él mercado mas cercano?—le preguntó.

Él hombre se acerca a mi.

—Al termina del callejón, encontraras la salida—dice.

Pues eso es obvio, hombre.

—¿Y para donde exactamente encuentro él mercado?—preguntó nuevamente.

—Al salir, doblas hacia la derecha—miro hacia donde señala. —Y no debiste hablar conmigo—dice y siento un tirón.

No tardo en reaccionar. Quiero arrebatar mi bolso. ¡No! Tiro del bolso mientras intento gritar.

—Sueltalo, si no quieres que te lastime—agarra mis manos y apreta con fuerza.

Me quejó.

—Porfavor no te lleves mi cosas—suplicó.

Siento un golpe en mi mejilla izquierda y un calor. Suelto él bolso y él sale corriendo.

Me ha dado un cachetazo de la puta madre.
Empiezo a sollozar. Sangra mi labio y mis brazos están moreteados.

Miro hacia él hombre y lleva unas cuantas cuadras de ventajas, pero por la impotencia  decido seguirlo. Claramente, fue en vano.

—¡MIERDA!—gritó llamando la atención de algunas personas al salir del callejón.

Perdí todo. Mi celular, mi carnet de identificación, mis pendrive con los trabajos, mis tarjetas de crédito, mis llaves del apartamento, entre otras cosas.

Llevo mis manos a mi cabeza y mis lagrimas no tardan en salir. ¿Como se supone que vuelva? o ¿como entrare al apartamento?

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Llegó a un bar, donde algunas personas se preocupan por mi cara y los moretones. Una señora accedió a prestarme su celular para llamar a alguien. Pero no tengo a nadie. Mis amigos se fueron a Sevilla.
Me queda una sola opción. Marco.

—¿Diga?

—¿Marco? Soy Camila, Camila Montenegro—sollozo.

—¿Cam? ¿Estas bien?

—No, por favor ven por mi—pido.

—Claro, dime donde estás.

—Es un bar, cerca de mi edificio al lado de una tienda de deportes. Creo que él bar se llama Fenicio's—explico llorando.

—Vale, no te muevas. Estare ahi en 10 minutos.

Corta la llamada y le entrego él celular a la mujer, le agradezco y intentó calmarme. Pero las lágrimas siguen saliendo, culpa de la impotencia y de la bronca.