F O U R T E E N (último capítulo)

887 51 0
                                    

Un año después.

Desde él día que Marco se declaró y yo a él, he sido más que feliz. A los días me pidió que sea su novia, obviamente que acepté.
Luego hicimos nuestra relación publica, con sus compañeros de equipo y nuestros familiares.

Marco había llegado a mi vida para cambiarla en buena forma, para amar, para respetar, para luchar por lo que quiero y para ser feliz.

Cuando se entero qué estaba buscando un lugar dónde habitar, me pidió que me mudara con él. También acepté.

Cada día nuestra relación era mejor, lo amaba. Y él a mi.

Tampoco eramos la pareja perfecta, discutíamos y nos enojábamos por estupideces pero al fin y al cabo terminábamos arreglándolo.

Y simplemente somos felices. Juntos y apoyándonos.

—Por favor, sólo dime que dice—le pedí a mi amiga, Milagros.

Milagros quien se encontraba con otra de mis amigas, Lola, me miraron y luego pusieron su vista al pequeño aparato.

Se miraron entre si y volvieron a mirarlo.

—Estoy muy nerviosa—solloze.

Lola instantáneamente se acerco a mi y me abrazo.

—Positivo—dijo Milagros.

—Estas embarazada—susurro la española en mi oído.

Sentí como si mi mundo viniera abajo, estaba transpirando y temblaba.
¿un bebe?

—No puede ser, tome la pastilla cada vez que lo hicimos—nuevamente, solloze.

—¿Recuerdas la fiesta en mi casa? Nos dijiste que habias peleado con Marco pero que luego tuvieron sexo.—comento Lola.

Asentí.

—¿Tomaste la pastilla ese día?

Asentí.

—Y luego la vomitaste, cuando te emborrachaste—aclaro Milagros.

—No hizo suficiente efecto, probablemente ni siquiera sirvió—agrego Lola.

Y lo recordé.

Antes de ir a la casa de Isco y de Lola, para la fiesta de cumpleaños de Isco Jr, tuvimos una pelea qué terminamos arreglándolo en la cama.
Recordé haber tomado la pastilla. Y luego haberme emborrachado en la casa de nuestros amigos. Y haber vomitado hasta la  mis tripas, literal.

Si, estaba embarazada.

—Aparte luego del partido, tuviste mareos y náusea. También te sentía débil.

Aún sin poder creerlo y con lágrimas en mis ojos, asentí.

—Tienes qué decirle a Marco e ir al médico. Para saber si todo anda bien— Milagros agarro mis manos.

—Nosotras te apoyaremos en todo y Marco también lo hará—persiguió Lola.

Asentí tímidamente. Y deje escapar una risita.

—¿Y esa risita que?

—Siempre quise ser madre y amaba la idea, pero ahora que me esta pasando es completamente diferente—dije.

—Tendrás un hijo con él hombre de tu vida, tienes él trabajo de tu vida, tienes a tus amigos apoyándote, tendrás a la bebita/o mas hermosa de tu vida, eso te lo aseguro—reímos la tres.

—Suena bien—susurré tocando mi barriga, ideando que en unos meses se vería abultada y sonriendo.

|

—Hola cariño—saludo mi novio al entrar a casa.

—Hola bebe—me levante y corrí a sus brazos.

—Te extrañe tanto—susurro.

—Marco, solo te fuiste por tres horas.

—Ha sido tiempo récord—sonrió.

—Tengo algo que decirte—le dije inmediatamente y mis ojos  se llenaron de lágrimas.

—Joder, no me digas que Tokio llego al fin de su ciclo de vida porque voy a llorar—un Marco serio me hizo una mueca de tristeza.

—¡No! Tokio esta bien, debe estar durmiendo como lo hace su mayor parte del tiempo.

Apoyo una mano en su pecho y suspiro.

—Entonces que tienes que decirme.

Mis manos empezaron a juguetear entre si, en forma de nerviosismo.

—No me digas que tienes que volver a Argentina, porque no lo voy a permitir—dijo nuevamente serio.

Cerré mis ojos con fuerza. Y suspire. Él callo a mi reacción.

—Estoy... Yo... Estoy embarazada—susurré mirando al suelo.

—¿Estas embarazada?—preguntó sorprendido.

Asentí.

—¿Te has tragado un crió?—preguntó.

—No me lo trague, tu me lo metiste—aclaré.

—Yo no te metí ningún crió—dijo riendo.

—No prácticamente, pero luego del sexo sin preservativo y en mis días fértiles y porque he vomitado la pastilla...—

—¡Estas embarazada!

—Si, lo estoy.

Marco se abrazo a mi y comenzó a dejar besos por mi cara.

—¡Ha sido la mejor noticia de mi vida!

Siguió con su camino de besos.

Se arrodillo y quedo a la altura de mi barriga.

—No puedo creer que nuestro bebe crezca en esta pequeña pancita—la beso delicadamente.

—Pues es así como funciona, amor—le dije con una sonrisa.

—Los amo—susurró y se levanto para besar mis labios.

—Y nosotros a ti.

Fin.



Argentinian Girl || Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora