Oh Katherine, Ya era hora de terminar

Razón quinta

Tu silencio también me invito a dejarte, habían veces que moría por hablar contigo y demorabas horas en contestarme, yo dentro mío pensaba que en realidad leías mis mensajes pero que simplemente decidías ignorarlos hasta que el aburrimiento te venza y no tengas otra salida que responderlos. Al inicio me parecía un asunto enteramente normal, con el que de una u otra manera tendría que lidiar porque era tu forma de ser. Es ahora que recuerdo lo que una vez mi abuela me dijo " la que no te responde, ya te respondió " y no, no es que estuviera loca y Oyera voces, mi viejita sabía muy bien de lo que hablaba, trataba de explicarme que siempre hay tiempo si se quiere y que si alguien estaba lo suficientemente interesada en mi actuaría de dicha forma y me correspondería, así no sería yo el único haciendo malabares al aire. Para el amor los martes son domingos y las madrugadas media tarde, se encuentran minutos y horas donde no las hay y siempre hay forma de buscar soluciones. Que no puedo llamarte, que estoy ocupado, que más tarde hablamos. No. Tenemos que aprender a encontrar personas que nos quieran cuando están ocupadas y no pueden llamarte, no cuando están aburridas y el tiempo les sobra. Cuando tú quieres algo profundamente mueves de todo para obtenerlo, Katherine no me quería de esa manera, y no podía obligarla solo tenía que aprender a vivir con aquello ¡Vaya vida la que me ha tocado Kath! Gran parte de mi desgracia te la atribuyo, espero te guste ya que desde siempre te ha encantado que te reconozcan cuando logras algo. Gracias pues, por hacerme sentir tan miserable. Motivo quinto escrito.