"Nuestro verdadero yo" [Finalizada]

"El plan"

Los días habían pasado y Marinette día a día sentía que se estaba haciendo más fuerte o al menos, eso quería pensar. Finalmente había decidido que la terapia perfecta para olvidar a Adrien era tirar todas las fotos y posters que tenía de él en su habitación. Se tomó el cabello y se arremango la camisa para comenzar a hacer una limpieza exhaustiva en su habitación. 

Nunca se había dado cuenta que tenía tantas cosas de él, por lo mismo, si quería dejarlo atrás, debía deshacerse de cada cosa que le recordaba al hermoso rubio. Cuando ya tenía casi todo juntado para tirarlo, llegó su amiga Alya, la cual parecía un tanto nerviosa.

-¡Vamos a comer algo!

-Lo siento Alya, estoy ocupada.

-Ay vamos, puedes hacer eso después, ven conmigo ¿Sí?

-No lo sé, no tengo muchos ánimos de ir.

-Estoy segura que comer algo delicioso te pondrá de ánimos, solo ven conmigo. 

-Actúas rara Alya ¿Estás segura que no hay algo detrás de esto? 

-Cla-Claro que no, confía en mi.

-Está bien, vamos.

Antes de dejarla dudar, Alya tomó por el brazo a su amiga y la llevó hasta un restaurante, un lugar al que solían ir muy seguido, pues les encantaba el ambiente, ponían buena música, podían comer cosas deliciosas y charlar tranquilamente. Sin embargo, Marinette nunca pensó, que ese lugar que le gustaba tanto, podría volverse completamente incomodo. 

-Mira, ahí está Adrien y Nino ¿Por qué no vamos con ellos?

-Eh, no, no quiero. 

-¡Vamos! No seas aguafiestas, será divertido, entre más mejor.

Alya era muy insistente, por lo que de una u otra forma, Marinette no podría negarse, pues si era necesario, la llevaría a arrastrando, así que para conservar su dignidad, decidió sentarse allí y fingir que todo estaba bien.

-Que agradable sorpresa encontrarnos con ustedes. ¿No lo crees Marinette? 

-Ah... Sí.

-Siéntense con nosotros. Será mejor así. ¿No lo crees Adrien? 

-Claro, será... divertido.

El ambiente era completamente tenso y lo único que les reconfortaba, era el saber que no estaban solos, sin embargo, no podían cantar victoria todavía, pues Nino y Alya, tenían todo planeado. 

-Oye Nino, acompáñame un momento ¿Sí?

-Claro, ya venimos.

-¿Qué?

Ni siquiera hubo tiempo de reaccionar, pues Nino y Alya se habían ido, sin embargo, como se comprometieron a volver, Adrien y Marinette no tuvieron otra opción, más que esperarlos, para poder irse.