Bruce siseó furiosamente detrás de mi, murmurando incoherentes maldiciones entre dientes.
Todo los chicos que habían acompañado a Cole, de repente, se movieron en sus sitios, en modo de ataque mientras ellos llegaban hacia sus espaldas para coger lo que había poseído al principio.
Moviendo mi arma en su dirección, tiré de la palanca hacia atrás, el click de la bala entrado al lugar, se escuchó, significando que con un solo tirón del gatillo, ellos estarían muertos. “Moveos y le disparo.” Advertí, mis ojos se entrecerraron en su dirección mientras ellos ponían sus manos en alto como un signo de rendición --ellos no iban a hacer nada.
Mirando de nuevo a Cole, clave la unta de mi pistola debajo de su barbilla. “No me gusta la manera en la que me has estado hablando Santangelo y desde luego, no me gusta la manera en que pareces pensar que puedes tocarme o incluso poner un pie en Stratford, de hecho.” Me mofé con triunfo ante su congelada naturaleza. “Este es mi territorio, mi lugar, mi área, no la tuya, y el hecho de que pienses que simplemente puedes venir aquí y tratar de amenazarme es inexcusable.” Inclinando mi cabeza hacia la derecha, chupé mis dientes con anticipación. “¿Querías una reunión? Tienes una, pero ahora no estoy seguro de estar en el estado de ánimo para hablar mas.” Empujando mi rodilla en la parte inferior de su abdomen, Cole inmediatamente se dobló por el dolor, gimiendo por el repentino golpe.
Alejándome de él, miré mientras el casi caía de rodillas. “Eres patético.” Repliqué, “eres un ca*bron de hombre adulto y actúas como una pequeña perra.” Manteniendo mi pistola cerca de mi lado, me quedé de pie por el dominio. “Ahora que has hecho tu lamentable pretexto de una presentación, déjame decirte un poco sobre lo que pasa por aquí.”
“Nosotros,” Hice una pausa para dar la vuelta con mi mano hacia mi, Bruce, Marcus y Marco, “manejamos mier*da aquí en Stratford y en las siguientes ciudades que controlamos alrededor de nuestra área. No compartimos y desde luego, no cedemos ante los recién llegados que piensan que son demasiado buenos para alguien mas, porque en lo que a mi respecta no sois nada mas que la mier*da de la suela de mi zapato, inú*tiles bastardos que quieren entrar solo para demostrar un aspecto; un aspecto que muchos otros han tratado de hacer antes y queréis saber donde han acabado?” Hice una pausa para efectuar, inclinándome hacia ellos, “a dos metros bajo tierra.” Susurré.
“Relax, Mahone.” Una voz gritó desde el otro lado del almacén y levanté mi mirada para verle emerger de detrás de los otros dos en frente de él.
“No estamos aquí para coger tu mier*da. Estamos aquí por negocios.”
Levanté una ceja escépticamente. “Los negocios podrían ser manejados en cualquier lugar en lo que a mí respecta, ¿porque aquí? ¿Porque Stratford?”
“Los negocios resultan ser realmente buenos aquí. Un bonito y tranquilo pequeño pueblo, nadie hace un sonido, solo los monstruos que hay debajo de la superficie, rastreando para encontrar su próximo golpe. Nadie sospecha nada a menos que hayas dejado detrás evidencias. Mis chicos resultan ser buenos en lo que hacen y en realidad hemos hecho bastante para conseguir fama por nosotros mismos en casa, New York. Hemos venido aquí para hacer lo que hemos sido asignados a hacer y nos vamos.”
“Tonterías.” Me reí entre dientes, “nadie viene a la propiedad de nadie a menos que ellos tengan una orden del día.”
“Bueno, creo que solo vas a tener que confiar en mi.” El se encogió de hombros, extendiendo su mano. “Lyndon Mathews.”
Ignoré su mano, frunciendo el ceño. “Austin Mahone.”
“Se quien eres.” El sonrió antes de mirar detrás de él, “ese es Peter McCall,” El señaló hacia un moreno de ojos marrones, “Sammy Constentino.” Luego, él señaló hacia un rubio con los ojos azules, tenía un moratón curándose en el lado de su mejilla. “Y ya conoces a Cole.”
Me reí entre dientes; mirando hacia la dura expresión de Cole mientras el ahora estaba de pie a su lado, todavía agarrándose la parte inferior de su estómago. Poniendo mi pistola de nuevo en su lugar me volví hacia quienes estaban detrás de mi, “Bruce Santos, John Rivera, Marcus Sorella y Marco Messina.”
“Ahora que hemos aclarado eso,” Lyndon parecía estar cambiando para conseguir algo cuando en lugar, me agarró por la base de mi cuello, tomándome por sorpresa mientras el me golpeaba contra el suelo en frente de él. Arrodillándose a mi nivel, una rodilla estaba subida, la otra en el suelo, se inclinó cerca. “Te sugiero que nunca pongas tus manos en uno de mis hombres nunca mas.”
Apreté mis dientes, tratando de contenerme a mí mismo de hacer algo que probablemente lamentaría mas tarde. Tomé nota de su postura, calculando todas las cosas correctas para hacer para mantenerle ciego.
El hijo de pu*ta no sabía con quien estaba jugando ahora mismo.
“Vinimos aquí con buenas intenciones y tu solo te cavaste un hoyo por ti mismo, Mahone.” Lyndon escupió, su rostro estaba drogado de emoción. “Crees que tienes todo controlado pero déjame decirte algo.” Apretando su agarre, el sonrió maliciosamente. “Yo y mi banda, no jugamos juegos y ciertamente no tenemos miedo de un montón de amenazas que no sirven para nada de algún tipo de mala calaña, que piensa que solo porque ellos han hecho alguna mier*da inolvidable en el pasado, él es todo repentinamente inevitable para aquellos que le rodean. Tengo el sano juicio para hacerte pedazos ahora mismo pero no vine aquí por una pelea, vine aquí para hablar y eso es lo que voy a hacer.” Apoderándose de mi ahora, de forma que me faltara oxígeno, Lyndon sonrió vigorosamente. “Te sugiero que te mantengas alejado de mi camino a partir de ahora Mahone, porque a diferencia de ti, no hago falsos alardes. Sigo adelante y confía en mi cuando digo, crúzate conmigo y estarás muerto antes de que hayas tenido la oportunidad de dar otro suspiro para coger aire. ¿Lo tienes?”
Cuando no dije nada, el sonrió, sabiendo que no era capaz de decir nada en este punto. “Es posible que hayas matado a Luke Delgado pero si no me equivoco, pusiste tu cu*lo en la cárcel, lo que automáticamente te saca de la lista de líderes potenciales.”
Toda la rabia del momento en el que él me había agarrado hasta ahora, se pulsaba a través de mis venas, encendiendo el monstruo que había estado arañando su camino para liberarse por sí mismo y haciendo estallar el lado de mi que nadie quería ver.
Agarrando su mano, arranqué sus dedos de encima de mi, usando toda la fuerza que pude reunir. Finalmente liberando su agarre de mi, lancé un fuerte pu*ñetazo a su cara antes de apartarlo de mi. Saltando de mi posición tumbada y poniéndome a horcajadas en él, agarré mi pistola de nuevo de mi espalda, asegurándome de golpearla en su sien duramente. “¿Quieres probar esta teoría?” Me burlé con maldad.
“No tienes las pelotas.” Lyndon espetó, escupiendo sangre a su izquierda.
“Eso es lo que Delgado pensaba antes de que yo acabara con su vida.” Rechinando mis dientes, tensé mi mandíbula. “Ahora, puedo haber sido detenido pero no te lo tomes retorcido. Ya ves, la única razón por la que eso pasó fue porque ese pedazo de mier*da de mala calaña me tendió una emboscada. Jodidamente listo, el sabía que yo estaba en mi punto máximo de hervor y decidió que si iba a acabar con su vida, el podía también llevarme con él.” Me encogí de hombros. “Pero Parker, Jenkins, Morelli, Donnie, Scrappy, Tommy y Stevie no tenían la misma mentalidad que el hijo de pu*ta tenía. Ellos murieron sin un solo rastro dejado y así, mi amigo, es como conseguí mi fama por aquí. Mato y lo hago parecer como un accidente. Nadie ha sido capaz de derribarme legítimamente por años y eso no va a cambiar porque tu crees que tienes lo que necesitas.” Poniéndome de pie, sostuve mi pistola en frente de mi y sin ninguna palabra, apreté el gatillo.
El disparo resonó por todo el almacén, una ola de liberación se liberó del punto detrás de la cabeza de Lyndon y cuando se aclaró, se vio un agujero. Arrodillándome a su lado, oscilé la curva de la pistola alrededor de mi dedo medio. “La próxima vez, no perderé.” Advertí antes de volver a ponerme de pie y señalar a los chicos para empezar a irnos.
Cuando habíamos llegado a la puerta de atrás, me detuve para mirar atrás. Sonriendo, les saludé con un gesto de dos dedos. “Fue un placer hablar con vosotros, chicos; deberíamos hacerlo de nuevo alguna vez.” Me reí entre dientes misteriosamente antes de salir, la puerta se cerró de golpe detrás de nosotros.
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Danger's back {Austin Mahone}
Teen FictionPensaban que había terminado Danger? Hmmm ... pues no lo piensen, porque Danger ha vuelto y mas peligroso que nunca.