Lisa no comprendía nada de aquella situación y pensó que tal vez el policía podía ayudar a resolver el entuerto, pues esa casa no había nadie más que ella y no recordaba haber hecho daño alguno a nadie.Bajó rápidamente las escaleras respondiendo al policía que pedía su inmediata redención.
— ¡Ya voy, ya voy! ¡Qué pesado!
Llegó a la puerta principal y al girar la manivela descubrió su cautiverio. Insistió en abrir la puerta para salir pero estaba cerrada. Buscó la llave donde la solía dejar cada vez que entraba en casa, una cesta encima de un recibidor, pero estaba vacía.
« ¿Dónde están?» pensó mientras se acrecentaban sus nervios ante el persistente policía y meditaba con la ironía de tener una llave desconocida y haber perdido las suyas.
Observó al exterior por la cristalera junto a la puerta y entre los destellos de luces, tras el coche de patrulla, junto a un agente que sostenía un arma apuntando a la casa, pudo revelar la silueta de sus padres.
— ¿Mamá? ¿Papá? —susurró para sí misma —. ¿Qué hacéis ahí? ¿Qué está pasando?
Golpeó el cristal y gritó para que la oyesen en el exterior y acudieran a abrir la puerta. Pudo ver como su madre se llevaba las manos a la cara asustada mientras el padre la envolvía en brazos.
— ¿Qué está pasando? ¡Abrid la puerta!
Desistió y fue a buscar otra salida, pero todo medio de escape estaba cerrado o atascado, puertas, ventanas,... No había manera de salir.
Subió a su cuarto para buscar su teléfono móvil y avisar a sus padres, pero tampoco dio con él.
— ¡Pero qué coño...!— gritó cabreada.
Sentada en el borde de la cama se llevó los puños a las sienes para calmar el dolor de cabeza y calmar sus nervios. Luego reparó en la llave que seguía sosteniendo en la mano.
El recuerdo de ella abriendo el paquete urgente relampagueó en su mente.
Observando con la mano sosteniendo la llave en el aire, sus ojos se percataron de un papel tirado en el suelo. Se agachó a recogerlo y alumbró con la linterna para leer lo que estaba escrito.
El texto estaba manchado con la misma sangre que cubría su mano izquierda e impedía leer algunas palabras.
«... como has hecho con el mío. Sólo de esta manera podremos... Jack»
Y las palabras faltantes daban forma a algunos de los recuerdos que se habían borrado de su mente.
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Open Your Heart
Short StoryLisa despierta con una llave en la mano derecha y la otra mano manchada de sangre. Descifra esta inquietante historia al mismo tiempo que la protagonista investiga qué abre esa llave y todo lo que se esconde detrás de ella.