I *Atraso.

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El solo de guitarra de Sweet Child O'Mine comenzó a sonar amortiguado a través de la habitación y siguió rompiendo al aire hasta que un brazo bronceado emergió desde el fondo de las tapas de la cama y buscó a tientas el celular en la mesa de noche.

La voz se escuchó con evidentes signos de sueño.

—¿Diga?

—Llevo tres minutos esperándote, Leroy —dijo la voz fría del otro lado, y el tono duro plasmado en la frase fue impulso suficiente para que el hombre saltara de la cama, enredándose con las sábanas mientras corría al baño.

—¡Lo siento, Yuri! Solo dame diez minu...

—Ocho —fue la respuesta cortante antes de que la llamada se acabara.

Jean abandonó su bóxer para meterse bajo el chorro de agua fría de la ducha mientras se maldecía por el desliz. Tenía una cita anotada para las 8 A.M de ese día, pero la fiesta de la noche anterior le había dejado tan agotado que hizo caso omiso de la alarma. Tres minutos tarde y Yuri Plisetsky querría matarlo luego del trabajo, si es que no lo ahorcaba incluso delante de los mismos modelos. No existía peor manera de comenzar la semana.

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—¡Esperen!

El grito resonó en el hall de entrada mientras un hombre joven corría hasta el elevador que ya se cerraba, cargando consigo un bolso oscuro bajo el brazo y llevando una expresión de "voy llegando tarde" plasmada por toda la cara. Afortunadamente alguien escuchó sus súplicas y unos zapatos brillantes se interpusieron en la puerta, deteniendo el ascensor los segundos suficientes para el nuevo pasajero.

—¿Tarde al trabajo, JJ? —un hombre delgado, más moreno que el mencionado, le sonrió amable mientras le dejaba espacio para acomodarse. Jean no respondió, utilizando el descanso para estabilizar su respiración acelerada—. Oí que Viktor viene hoy a hacerse unas pruebas de fotografía. Yuri va a querer asesinarte.

JJ le hizo una señal vaga con la mano, cerrando los ojos mientras aspiraba aire con fuerza.

—Ni lo menciones.

.

En la sala había cuatro personas, dos chicas jóvenes bastante atractivas y dos hombres, ambos rubios. El más alto de todos, con el cabello corto y barba ligera, hablaba por teléfono en una esquina mientras las chicas conversaban entre ellas. El otro, sin embargo, emanaba un aura peligrosa con el cabello largo recogido en un semi moño y los fríos ojos esmeraldas clavados en el reloj de la pared... o al menos así lo pensó Jean cuando cruzó las puertas que lo separaban del estudio.

—Ya estoy aquí.

Los tres primeros le dedicaron una sonrisa en señal de saludo, mientras que el rubio de la coleta frunció el ceño, evidentemente molesto.

—¿Se puede saber por qué no estabas aquí hace diez minutos?

Jean se esforzó en mantener una postura profesional ante su nada profesional respuesta.

—Yo... lo siento, Yuri. Me quedé dormido...

El más bajo bufó, exasperado ante la actitud desenfadada del otro, y sus ojos cristalinos lo miraron con fiereza.

—Tienes suerte de que Viktor sea tan idiota como tú y aún no llegue al edificio —luego se giró, olvidándose de él por un momento, y JJ suspiró aliviado, ganándose una risita discreta de la pelirroja que observaba la escena divertida—. Por cierto, ¿qué noticias hay del viejo?

GO, marry me!   ||Pliroy||Where stories live. Discover now