-Oh my love, sabes que eres el único que está en mi corazón, a nadie más le dediqué un pensamiento de amor tan profundo en mi vida como lo he hecho contigo durante años, nunca pude dejar de amarte, pero esta vez es muy complicado por eso necesito un tiempo para pensarlo bien, podría hacerte daño si accedo a estar contigo otra vez y lastimar a la persona que amo es lo que menos deseo, dame al menos un par de días para meditarlo.
-No te preocupes por herirme, permíteme ser fuerte por los dos, no sabes lo feliz que me hace saber que vas a considerarlo, significa que tengo un cincuenta por ciento de probabilidad de que me aceptes de nuevo en tu vida, aun así, si tu respuesta es no... al menos déjame ser tu amigo. Piénsalo todo lo que necesites que yo esperaré pacientemente tu por tu respuesta- dicho esto, lo abrazó con necesidad, aspirando su dulce aroma mientras se fundía en su calor, no se explicaba cómo había podido estar tantos años de su vida sin el ojiazul.
Luego de aquel largo y afectuoso abrazo, buscaron una película infantil y la vieron comiendo pizza que ordeno el mayor cuando le dio hambre, "la cenicienta" era el nombre de aquella película que veían, le siguieron "la sirenita" y "pinocho" ¿Qué esperaban? No podía ser de otra forma tratándose de este par.
Al ver que ya era media noche, Osomatsu se quedó a dormir en la habitación para huéspedes, fue un alivio que después de tantas noches sin poder descansar lo suficiente por fin hubiera conseguido dormir más tranquilo. Por la mañana Karamatsu ya tenía listo el desayuno para cuando el ojiescarlata despertó, desayunaron en un agradable ambiente hogareño, como solía ser antes y charlaban sobre trivialidades, a finalizar el ingeniero se metió a bañar y se alistó para ir a trabajar ese día.
Al marcharse el mayor, Karamatsu se quedó con una cálida sensación de paz, a pesar de su situación de salud, al fin había podido sincerarse con su love y viceversa, le fue difícil aguantarse las ganas de decirle inmediatamente que si quería volver a estar con él y saltar nuevamente a sus brazos, realmente no quería lastimarlo si volvían a estar juntos, con una complicada disputa interna se metió a bañar, sin poder sacar de su mente esos hermosos ojos rojos que lo volvían loco de amor y esa sonrisa socarrona de su amado tan sincera, la cual su Darling le dedicaba con tanta dulzura.
Ese par de días se fueron en un abrir y cerrar de ojos, había llegado el momento de conocer la respuesta de Karamatsu, la noche anterior Osomatsu bebió leche tibia, infusión de Melissa y leyó un montón, pero nada le ayudó a poder dormir a una hora decente debido a los nervios, finalmente acabo durmiendo apenas tres horas, la preocupación no lo había abandonado durante esos dos días aunque intentaba enfocarse en su trabajo para evitar un poco la angustia, por eso estaba tomándole un gran esfuerzo soltar la almohada esa mañana y comenzar el día, rasco su trasero, bostezó y dándose ánimos a sí mismo rodó por la cama hasta caer de ella, una vez en el suelo comenzó a arrastrarse hacia la cocina para desayunar algo y luego ducharse.
En otro lugar de esa misma ciudad, Karamatsu ya había desayunado y salido de la ducha, sólo le faltaba vestirse y estaría listo, lo cual le daría un poco más de tiempo para analizar una última vez los pros y contras de su decisión, no podía esperar para ver a su amor y contestar a su pregunta, estaba muy emocionado.
Al terminar de vestirse, el ojiazul miró el reloj en la pared, el cual indicaba que eran las 11:30 A.M. , aún faltaba media hora para que Osomatsu llegara, revisó su ropa nuevamente en el espejo, ensayando el diálogo que había pensado decirle ese día al mayor cuando el diera su respuesta, cuando de pronto comenzó a sentir mareos y un fuerte dolor de cabeza, sabía que significaban aquellos síntomas así que antes de colapsar intentó alcanzar su celular para llamar a Osomatsu, pero antes de si quiera poder marcarle cayó desmayado con sangre brotando de su nariz y sus labios entreabiertos.
El ojiescarlata llegó quince minutos antes de la hora acordada al no ser capaz de contener su ansiedad de volver a ver a Karamatsu, esperaba no importunarlo por haberse adelantado, pero en fin eran solo unos minutos apenas.
Bajó de su auto y caminó lentamente hacia la puerta del menor, como haciendo tiempo, como saboreando el momento, estaba en un debate mental, por una parte moría por conocer la decisión que había tomado el de ojos color zafiro, pero por otra parte el miedo lo paralizó por un momento, estaba asustado por lo que pasaría si lo rechazaban, no concebía una vida sin su amado, aun sabiendo que debido a la leucemia podría morir pronto quería estar allí con él para darle su apoyo incondicional y hacerle disfrutar el tiempo que le quedara de vida, aún si él se rompía en el proceso y después su corazón no era capaz de soportar la pérdida, con esto en la mente tomo la resolución de llamar a la puerta, incluso si lo rechazaban el seguiría estando allí para Karamatsu porque su amor por él iba más allá de todo, estaba por sobre sus deseos de estar nuevamente con el amor de su vida de forma romántica, él lo cuidaría incluso como amigo o si era necesario, desde las sombras.
-Karamachu~ abre la puerta mi vida, te traje de las rosas más rojas de la cuidad, esas que tanto te gustan- gritaba luego de golpear la puerta, luego de pasar unos cinco minutos llamando, se el ocurrió llamarlo a su celular y al no recibir respuesta comenzó a preocuparse y con sus manos temblando mientras imaginaba lo peor sacó de su bolsillo la copia de la llave para ingresar a la casa.
Al entrar no se escuchaba ningún ruido, como si la casa estuviera deshabitada, ahí fue cuando los nervios de Osomatsu terminaron de romperse, comenzó a recorrer la casa con desesperación, hasta que finalmente logro dar con el ojiazul, lo encontró tirado en el suelo, con su cabeza sobre un charco de su propia sangre, el shock no le duró más de un minuto hasta que reacciono, lo primero que hizo fue limpiar y cargar a su amado a su auto, ya que las ambulancias suelen tardar mucho en llegar.
Una vez en el hospital se dirigió a emergencias con el menor en sus brazos para que le prestaran asistencia, al ver a Karamatsu los doctores lo reconocieron, ya sabían sobre su caso, Osomatsu se preguntaba cuántas veces había estado ya en aquel lugar el menor como para que el personal estuviera tan familiarizado con él, cuando le arrebataron a su amado de sus brazos para meterlo en una sala de urgencias sobre una camilla el ojiescarlata llamó a Choromatsu para informarle sobre lo ocurrido y este a su vez llamó al doctor Atsushi para que fuera a cuidar de su hermano.
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I found you, again
RomanceEsta una historia que trata sobre dos chicos, los cuales vida tras vida se vuelven a encontrar debido al hilo rojo que enlaza sus destinos, se vuelven a amar una y otra vez, ambos son almas esenciales creadas en el inicio de los tiempos con seccione...