Capítulo 7

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-¿Qué acabas de decir?- esta se quedó sin saber si continuar o no.

-No… lo… sé- me acerqué a ella- Te juro que… no lo sé… es como un recuerdo muy borroso…. ¿Lo siento?

-No, tranquila- la tranquilicé- No pasa nada…

-No, sí- respondió esta- si que pasa, por que… en cierta manera… me salvó de algo que creo que hice- noté como se quedaba blanca- algo muy malo que hice- me agarró fuertemente a lo que le abracé fuertemente- Ella me encontró, y estuvo a mi lado hasta que estuve a salvo en casa…

-Está bien- la corté- Está bien…

No entendía. Creí que después de lo que habíamos pasado, lo que había sucedido en el baño, no… dios, mi cabeza explotaba cada vez que pensaba en lo que sucedía. Era demasiado para mi, pero ocurría por una razón: todavía había algo en mi, en lo más profundo de mi corazón, que sentía que donde hubo fuego una vez, cenizas quedan, y esas cenizas, aún ardían.

JADE

Aunque solo podía pensar en que preparar para mi cita para Gin y yo, aún tenía que ocuparme de otra cosa. Asique volví a vestirme y cogí los papeles poniendo camino hacia la agencia inmobiliaria. Al menos, que me quitara algo que hacer de mi lista. Por lo que cogí los papeles, sacándola de la mochila y entré en la inmobiliaria.

-Jade West- un tipo me asaltó nada más entré en aquel lugar- Soy Carly Shay, la amiga de tu hermano. ¿Vienes por la casa?- asentí.

-Sí, me dijo que podías hacer una oferta de la casa. Sé que puede ser cara, por lo que es en sí la casa- negó.

-La casa ha estado tanto tiempo abandonada que han bajado su precio repetidas veces- respondió esta- Creo que podemos hacerte una buena oferta y, si tienes el dinero, lo podrás tener la casa- sonreí, aquel estaba siendo mi día, mi gran día de buena suerte.

TORI

Cerré la puerta tras de mi y suspiré. Todo había sido perfecto cuando había estado sola, cuando Jade se había ido, todo se había mejorado. Ahora había vuelto y de repente, todo había vuelto a mi. Lo que sentía, lo que quería, lo que había añorado; y todo eso tenía un mismo final: Jade. Parecía que aún sentía algo por ella.

Me dirigí hacia el armario y lo abrí. Parecía que hacía años que lo había encerrado allí, pero allí estaba, medio roto a causa de la manera en la que la había quitado del techo; pero allí estaba. Yo, asustada como nadie lo había estado aquel día, agarrada a ella, que se sacrificó por sacarme de allí, viviendo la que sería una de mis numerosas increíbles noches.

Alcé mi mano tocando el tatuaje como si de una cicatriz se tratara. Nuestra relación nunca acabó, aún seguía muy viva. Pero tenía que apagarla, si no, me metería en problemas, y de los gordos.

JADE

Finalizada el asunto de la casa que también había salido increíblemente bien, era hora de ocuparnos de otro asunto: mi cita con Gin. Cuando dio las nueve en el reloj, me vestí para la ocasión. Vaqueros ajustados, camisa de tirantes y mi nueva chaqueta. Iba a ser una cena especial, lo había organizado todo para ello. Por lo que nada más llegué a su casa, allí estaba, esperándome con unos shorts y camisa que le quedaban:

-Wow- solo alcancé a decir cuando estábamos frente a frente- Te queda todo impresionante- rió esta.

-Gracias, tú tampoco estás nada mal- me agaché haciendo una pequeña reverencia- Y dime, ¿qué has preparado para esta cita?

TENGO GANAS DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora