Miau?

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'Oscuridad'

Eso es lo primero que logro divisar, todo está oscuro, sin siquiera una tenue luz que me ayude a descubrir en donde rayos estoy. Hace mucho frío aquí, me pregunto ¿quién sería tan desconsiderado al encender el aire acondicionado siendo que nos encontramos en medio invierno? Me lleva...

Me abrasé a mi misma esperando lograr (aunque suene imposible con este aire) entrar en calor, no me queda de otra puesto a que no veo ni una estufa, chimenea encendida o ese tipo de cosas que posee uno en su casa para apartarse del frío y no morir de hipotermia, lastimosamente he logrado deducir que ese no es mi caso y que moriré por tal causa mencionada ya que gracias a esta oscuridad lo único que logro ver es... nada.

Esperen, percibo algo a lo lejos... es una luz... ¿una luz? Si, una luz ¿amarilla? Qué raro, siempre creí que la luz poseía un color blanco o algo así, esta debe ser un rayo de sol.

La luz se aproxima, logré abrir lentamente mis ojos ya que los había cerrado por la intensidad de la luz, eso lastimaba mis hermosos ojos verde jade y créanme que son demasiado hermosos como para querer perderlos o les pase algo malo. Abrí por completo mis ojos, si, definitivamente era un rayo de sol, que se asomaba de la ventana de mi habitación... oigan, ¡Esta no es mi habitación!

Me levanté de golpe de la cama en donde me encontraba postrada (literalmente) y empecé a mirar por todas partes con una expresión confundida al no conocer el lugar en donde me encontraba en este momento. Definitivamente, éste no era mi hogar.

Vaya, hasta que por fin la bella durmiente decide despertar - oí a alguien hablar a uno de mis costados; volteé mi cabeza hacia 'él' (ya que era una voz masculina) y logré divisar a un chico un tanto extraño sentado a mi lado izquierdo, su cabello era de un color azabache al igual que sus ojos, sus hermosos ojos... ¡hey! Ahj me estoy desviando de la descripción... prosigo, también tenía una especie de bigotes saliendo de sus pómulos y una graciosa nariz parecida a la de un gato o, más bien, igual a la de uno, junto con raras orejas puntiagudas saliendo de su cabeza que se movía de manera agraciada. Vi algo moverse tras él pero no me pude concentrar mucho en ello ya que bastante era ya mi extrañeza, impresión y confusión al ver nada más que las primeras rarezas que ese extraño joven poseía.

¿Quién eres? ¿Y qué son... esas... cosas que tienes en la cabeza? - pregunté atropelladamente, si, estaba en shock pero eso no me impidió preguntar qué era lo que estaba ocurriendo a mi alrededor y con ese chico. De repente, sentí una incomodidad en mi parte trasera por lo que me moví un poco; en eso, vi salir un... un... un 'algo' de ese lugar moviéndose acorde a mis pensamientos. Lo observé entre impresionada y asustada y no puede contenerme - ¡¿Y QUÉ DEMONIOS ES ESTA COSA?! - grité cerrando mis ojos con fuerza como si tuviera miedo de que me haga daño.

Es tu rabo, tonta - me respondió el mismo chico que me acompañaba en esa solitaria habitación - y estas cosas que tengo aquí - siguió mientras señalaba esas 'cosas' que tenía en su cabeza - se llaman orejas, no 'cosas' ¿vale? Así es que más respeto hacia mis nenas ¿está claro? -

¿Rabo? ¿Orejas? - aún no entendía. Sentí un pequeño cosquilleo en las mejillas pero no le di importancia por lo obvio, estaba más enfocada en la conversación entablada con aquel extraño azabache.

Tu también las tienes, no tienes porqué criticarme - habló nuevamente el muchacho raro. Lo miré claramente confundida, él suspiró con pesadez y me señaló un espejo que se encontraba ubicado a mi lado derecho; cuando observé mi reflejo, por poco me da un paro cardiaco, ¿esa era yo? Pues sinceramente estaba irreconocible con esas dos cosas... digo, 'orejas' color mostaza sobresaliendo de mi cabeza y tres largos bigotes saliendo de cada uno de mis pómulos acompañando a una nariz igual a la del pelinegro. Bueno, ya no se ve tan graciosa siendo yo su portadora al igual que él (por fortuna aún conservaba mis hermosos ojos verde jade y mi corta cabellera rosada que me llegaba hasta los hombros). Y para colmar, ese 'algo', rabo o lo que sea que salía de donde la espalda pierde su nombre se movía como el limpiaparabrisas de un automóvil en plena carretera mientras llueve.

Miau? (Pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora