Riley se encontraba en un bar, tomando su peso en alcohol cuando decidió que lo más lógico sería llamar a Maya. Un tono, dos tonos, tres tonos, voz melodiosa.
–¿Riles? ¿Estás bien?
–Maya...Dice alargando la palabra.
–¿Dónde estás, Riles?
–En... el bar de... ¿Moe?
–¿Moe? Querrás decir Joe...
–Ajám...
–¡Ya se cuál es! No te muevas, te voy a buscar.
–Maya... me gustas.Pero era tarde la chica ya había cortado.
