Su cabeza golpeaba fuerte, los ojos borrosos, su reloj despertador mostrando la hora: 3:27 a. m. No podía dejar de pensar en él. Estaba perdiendo el sueño por el chico con los bonitos ojos azules una vez más. No era la primera vez. Oh no, esta fue la décima o undécima vez. ¿Alguien sabía que pensó en el chico a horas extrañas? Absolutamente no, y así es como quedaría.
No podía dejar de pensar en las consecuencias de que alguien se enterara. ¿Cómo reaccionarían sus compañeros de banda? ¿Lo tratarían igual? ¿Qué harían si descubrieran que Max estaba mirando fijamente al techo, pensando en sus bonitos ojos azules y labios rosados y redondos? Max estaba seguro de que no les importaría mucho, pero no se arriesgaba. No cuando eran básicamente los únicos amigos que tenía, tanto como odiaba admitirlo.
Así que continuaba en silencio, junto con sus pensamientos, las mesas girando en su cabeza. Pero al final, eventualmente se quedaba dormido y por tercera vez esta semana, sus sueños se llenaban de historias de él y de su hijo de ojos azules.
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Max se sentó en la cocina a la mañana siguiente, agradecido de que era sábado. Pero el sábado significó dos días más hasta que pudo ver a su bebé de ojos azules. ¿Bebé de ojos azules? ¿En qué estaba pensando? Necesitaba detener esto.
Su lucha interna se interrumpió cuando sintió que alguien le daba un fuerte abrazo. Los empujó, volviéndose para mirarlos. Era Cherry.
-¿Qué demonios crees que estás haciendo?- Preguntó, mirando al mejor amigo de su hermana.
-Phoebe me contó sobre lo que hablaron anoche.- Se acercó a él, mirando a su alrededor. -Sobre que eres gay.- Se mudó, satisfecha de haber mantenido la voz baja. -¡Y sólo quería saber que aunque antes no éramos exactamente amigos, te apoyaré pase lo que pase!
Max miró con asco a la chica, sus miedos enojados mientras empujaba su cereal, subía corriendo a la habitación de Phoebe y lanzaba la puerta abierta para encontrar a su hermana peinándola.
-Max, sal de ahí.- Dijo en tono de aburrimiento, no volviéndose hacia él.
Enfurecido se acercó a ella, agarrando su cepillo de pelo y tirándolo al suelo. Gritó enfadada,
volviéndose para mirar a su hermano con una mirada irritada en su cara.
-¿Qué quieres y por qué te ves tan enojado?
Había furia en sus ojos, sus manos golpeadas por los puños. -¿Cómo pudiste hacerme esto?- Exclamó enfadado, todo su cuerpo irradiando ira. -¿Cómo pudiste sacarme así? Especialmente a tu tonta como un clavo de puerta, rubia, bocazas, mejor amiga?
Phoebe abrió y cerró la boca, pero no salió nada. Sus ojos estaban avergonzados, abatidos hacia el suelo.
Cherry se puso detrás de Max lentamente. -Escucha, Max. No es gran cosa, me quedaré callado y tú me darás un paquete de gusanos de goma una vez a la semana. Es un quid pro quo!
Max lentamente se volvió hacia Cherry, su as enfadado. -No, escúchame, Orange. Mantén la boca cerrada o no volverás a ver a Phoebe ni a ninguno de nosotros, ¿entendido? ¿Crees que Phoebe es la única persona de esta familia que puede delatar a sus hermanos?- Max se volvió hacia Phoebe por última vez. -Si escucho una palabra sobre esto, le diré a mamá y a papá y no la volverás a ver nunca.- Y con eso, se había ido, bajando por las escaleras y deslizándose hacia su guarida.
¿No pensó su hermana? ¡Ni siquiera era asunto suyo! Ya era bastante difícil salir a su familia, no necesitaba que su hermana se lo dijera a todos y a su mejor amiga! Esperaba que esto no saliera a ningún lado y si lo hacía, Cherry se arrepentiría mucho.
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Era martes cuando Max caminaba por el pasillo, triste que su bebé de ojos azules -maldita sea, necesitaba dejar de decir eso- no estaba en la escuela ese día.
Max estaba sacando libros inútiles de su taquilla mientras sus compañeros de banda se acercaban a él, miradas compasivas en sus rostros. Oyster puso una mano sobre el hombro de Max, haciendo que Max saltara, sin esperar que nadie lo tocara.
Se giró para enfrentarse a sus compañeros de banda, cerrando su taquilla, ya mentalmente hecho con el día. -¿Qué necesitan?- Preguntó cansado, conmocionado mientras sus compañeros de banda lo abrazaban con fuerza.
-Queremos que sepas que te apoyaremos y te amaremos sin importar nada.- Dijo Oyster mientras se alejaban.
-¿De qué demonios va esto?
-Bueno, en la escuela se dice que eres gay y sólo queremos que sepas que te aceptamos sin importar qué.
Max se fue, sintiéndose como si todo su mundo se hubiera derrumbado. ¿Quién demonios lo delató? Cherry. Sin decir una palabra más, pasó junto a sus amigos y se acercó a Phoebe y Cherry, cogiendo del brazo a la anterior nombrada y llevándola al armario de los conserjes.
Se arrancó el brazo, una mirada irritada en su cara. -¡Qué demonios Max! Estaba en medio de una convers... ¿Estás llorando?
Sus oscuros y furiosos ojos la miraron, inundados de lágrimas. -Cherry tiene mucho valor. Me ha sacado.
Phoebe jadeó, conmocionada. -Max, ¡lo siento! ¡No pensé que lo haría!
-¡Es demasiado tarde ahora!- Max gritó, sin importarle si alguien escuchó a su casa. -¡Ella arruinó mi vida!- Y con un tirón, su capucha estaba sobre su cabeza y se había ido, saliendo corriendo del armario y saliendo del edificio.
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Hacía frío. Lo había apagado todo, ni una sola fuente de luz podía inundar su habitación. Esto era lo que él quería ahora.
Decir que estaba enojado era quedarse corto; estaba furioso.
Se detuvo una vez más de caer en sus pensamientos cuando su mamá lo llamó arriba, gritando que era importante.
Así que subió las escaleras, con los ojos caídos, pero muy triste. En el salón estaba su familia, además de Cherry.
-¿Qué necesitas?
-Yo...- Billy dice en el sofá, moviendo los pulgares, una mirada culpable en su cara. -Le dije a la gente que eras... gay, no Cherry.
Max miró hacia arriba, sus ojos ardiendo, pero mucho más suaves. - ¿Tú qué?
-Le dije a la gente. Pensé que como lo decías tan abiertamente todo el mundo lo sabía, les dije a mis amigos de la escuela y bueno, algunos de mis amigos de la escuela tienen hermanos y hermanas en tu escuela.
Max permaneció en silencio, una mano en su cadera sobresaliente, la otra en su frente, preconfigurada contra la línea de pliegue irritada.
-¡No fue mi intención, Max! ¡No sabía que querías mantenerlo en secreto! ¡Pensé que estabas orgulloso de ello!
Max se acercó a Billy, arrodillado delante de él. Billy cerró los ojos con miedo. Sin embargo, el chico más joven quedó sorprendido cuando su hermano le dio un fuerte abrazo, un profundo suspiro saliendo de sus labios.
-Está bien, las cosas pasan.- Y con eso, liberó a Billy, de pie y saliendo, esta vez por la puerta principal.
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Pretty Blue Eyes (Yaoi)
FanfictionCuando Max no está seguro de su sexualidad, ¿cómo lo va a manejar?