Tercer capítulo: La cárcel, que diga, el instituto.

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Me levanté sobresaltada gracias al reloj despertador. Ayer había llegado tarde a casa, ya que me quedé con Logan hablando en un restaurante después de terminar las compras, aunque sabía que  tenía que ir al instituto la mañana siguiente.

Me tapé con la almohada y grité con todas mis fuerzas, no quería empezar en un colegio nuevo, y menos a mitad de año. Minutos después tuve que levantarme porque si no lo hacía llegaría tarde. Salí de la cama y fui directo al baño, me duché y lavé muy bien mi cabello, con un shampoo especializado ya que lo tengo muy frágil, me eché algunas cremas humectantes y me envolví en la toalla, para así decidir qué ponerme. Más tarde, después de decidirme por una falda negra, una blusa azul marino ajustada y unas baletas negras, bajé a desayunar. Me esperaban mi padre, Emily, Ben y Logan en el comedor. Desayunamos cada uno cosas diferentes, y yo como siempre, comí cereal y alguna fruta. Yo me fui con Logan en mi nuevo auto, mientras que Ben se iba en su motocicleta.

-Nos vemos más tarde Caroline- dijo Logan abandonándome en la mitad del pasillo. No sabía qué hacer ni dónde estaba el salón que me correspondía, así que al primer chico que pasó, y por suerte uno muy guapo, que estaba vestido con unos jeans ajustados negros y una camiseta blanca, le pregunté si sabía dónde quedaba el salón 201.

-Hola- Le sonreí coquetamente- ¿Sabes dónde queda el salón 201?-

-Claro muñeca, para ti, lo que sea- y me guiñó el ojo.- Sígueme, es por aquí, a mí también me toca esa clase- Y se dirigió por el pasillo, dando vuelta a la izquierda.

-Mi nombre es Caroline, ¿y el tuyo?- le dije, mordiendome el labio.

-Nombre precioso para una preciosa chica. - Me sonrió - Me llamo Mike-

Mientras decía su nombre, yo repasaba sus hermosos rasgos, tenía unos ojos grises profundos, unos labios que se veían expertos (No sabía si esto me gustaba o no) y un perfil que te deja petrificada de lo perfecto que era.

Momentos después llegamos a la clase, un poco retrasados, pero llegamos, resulta que era la clase de Lengua Castellana.

-Por fin se dignan a llegar- dijo el profesor mirándonos-Usted debe ser la nueva alumna, espero que no sea costumbre llegar tarde- dijo – Estamos trabajando en un taller de la Literatura Universal, el cual trabajan en parejas, y como Mike,-dijo señalándolo- es el único sin pareja, se hará con él, espero el trabajo el próximo lunes a primera hora- dijo y se sentó.

-Bueno compañera- dijo Mike tomando asiento y señalándome el que estaba a su lado, para que yo también me sentara- Yo ya he empezado, así que dime cuándo nos reunimos y te pongo al día, y después sí continuamos- dijo mientras yo me sentaba a su lado.

-Ehhh…si quieres, ve hoy a mi casa, así podremos acabarlo lo más rápido posible- dije.

-Está bien, hoy a las 4, ¿te parece bien?- preguntó.

Yo asentí.

Él se paró y dijo en mi oído, con un tono seductor – Nos vemos más tarde, muñeca- 

Después de que se apartó, puede pensar con claridad, ¿será que a mi padre le molestará que lleve un chico?, y si así era, mejor.

¿Quién dice que no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora