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Ari aqui, reportándose a todas ustedes!!! :D

Hola hermanitas, les saludo con ansias de comer unos ricos tamales en lo que termino mi tarea de psicofisiologia xD

Ya saben, la vida detesta que tenga tiempo libre.

Pero por hora pareció sonreirme un poco, así que alabemos a Don Rovixx 💞💞👏

Y pasemos a esta cosa rompe kokoros, ya que las cosas se van a poner intensas!!!

A leer!!!!!

(perdonen errores de ortografía y demás vainas del diablo :3)

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No dejo de lado el rostro que hace unos momentos había visto dejándolo realmente desconcertado.

Ciertamente, el ver el rostro de Suho fue como recordar todos los acontecimientos de su vida pasada, haciéndole que de nuevo dentro de su pecho se inundará aquel sentimiento de miedo y temor.

Si, ya no estaba con Bang, pero temía que aquel que había visto en el palacio pudiera haberlo reconocido.

Aunque se repetía miles de veces que no había sido así, de lo contrario hubiera mostrado sorpresa al verle.

Además, no sólo aquello le tenía intranquilo.

Por alguna extraña razón, el señor Taekwoon no parecía querer hablar no decir nada, siempre era reservado y callado, pero su silencio era mucho más frío y raro que de costumbre.

Tan solo estaba sentado a su lado unido a su mano, de vez en cuando la apretaba con fuerza, no llegando a comprender que era lo que quería decirle con eso.

Y era que, las cosas para el mayor se habían complicado más.

Definitivamente la presencia de Hakyeon no tenían mal, el hecho simple de verle había ocasionado en el una ansiedad y triste abundantemente grande.

Se sentía desolado, deprimido... Necesitado.

Y por ello se recriminaba la idea de querer llenar ese vacío en ese preciso momento con Jaeh.

Era una sed que necesitaba llenar, un hambre que debía de saciar, una necesidad que debía de cubrir antes de sentirse perder en una locura que no tenía pretexto.

El carruaje paro frente a la puerta de la finca, Taekwoon no tardo en jalar al castaño y meterse ambos dentro de la casa.

Una vez adentro, Taekwoon cerro con llave la puerta principal y tomó de las muñecas al joven esclavo y lo pego sobre la pared con los ojos pegados a sus labios.

-señor?- preguntó el menor con las mejillas rojas y sintiéndose atemorizado por esos ojos negros - sucede algo? -

-no... Solo, solo quiero... - susurro cerca de sus labios mientras soltaba sus manos y lo tomaba de la cintura jalándolo hacia sí mismo -quiero sentirte -

El pelinegro atacó sus labios de manera salvaje y pasional, el menor cerro sus ojos y ante tanta intensidad tuvo que sostenerse de su pecho.

La lengua del mayor se movía con desespero y búsqueda del roce del contrario, Jaeh no se reprimiría tampoco, porque poco a poco la llama de su deseo también se encendía.

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