Torneo de los Tres Magos

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Aquel día había en el ambiente una agradable impaciencia. Nadie estuvo muy atento a las clases, porque estaban mucho más interesados en la llegada aquella noche de la gente de Beauxbatons y Durmstrang. Hasta la clase de Pociones fue más llevadera de lo usual, porque duró media hora menos. Cuando, antes de lo acostumbrado, sonó la campana, los alumnos fueron a toda prisa a dejar sus cosas a sus correspondientes casas y despues bajaron ordenadamente por la escalinata de la entrada y se alinearon delante del castillo. Anochecía y una luna pálida brillaba ya sobre el bosque prohibido. 

- No me puedo creer que estemos aquí esperando, como imbéciles. ¿No podíamos hacerlo al menos dentro del Gran Comedor? -Dice una Slytherin, llamada Lutcia, a su amiga Victoria Miller. Su amiga se encogió de hombros mientras se abrigaba en su capa.

- Si... se hubiesen abrigado más... no tendrían esos contratiempos... -Dice el profesor Severus Snape.

- Pero ¿y lo guapa que estoy así? -Dice Lutcia, sonriente.

- Desde luego... su osadía... es digna de admiración... 5 puntos para Slytherin... 

Victoria y Lutcia sonrien y chocan las cinco. Aunque Snape vaya de duro, tiene un corazón de oro... con los Slytherin, claro. 

Un poco más alejados de ahí, una Hufflepuff pelirroja se pone de puntillas. Tiene las mejillas y la nariz algo sonrojadas por el frío que hace a las puertas ya de Noviembre. Su amigo, un chico con el pelo rubio algo despeinado por el viento y ojos verdes, la mira de reojo:

- ¿Estás segura de que no quieres mi capa? -Le dice William.

- ¿Y que tú mueras de frío? -Le saca la lengua la pelirroja- Tranquilo, me sirves más vivo que muerto. ¿Por qué no aprovechas tu altura para echar un vistazo y decirme si ves algo?

El chico se pone de puntillas por encima de la cabeza de estudiantes de primero de su casa, que dan saltitos de la emoción.

- Negativo. Bueno. Espera. ¿Qué es eso?

- ¿El qué? ¿El qué? -Pregunta la pelirroja, dando saltitos, intentando ver por encima de la cabeza de los alumnos de tercero.

- Oh... -Dice William, poniéndose de puntillas para ver mejor- Son unicornios. ¡Unicornios enormes y blancos cargando a los alumnos de Beauxbatons en sus grupas! 

- ¿¡Cómo!? -Grita Allison intentando saltar pro encima de las cabezas de los alumnos

A esas alturas, Will se está muriendo de la risa. 

- Es broma, pequeña -intenta que suene de broma pero tiene un tono cariñoso en sus palabras. Se sonroja y para evitar la situación cambia de postura incómodo. 

- Son casi las seis -Dice una chica Gryffindor a su lado. William no lo sabe, pero se llama Sabrina Howland- Deben de estar a punto de llegar.

- Recuerdo que mi hermano James tenía un amigo por lechuza de Durmstrang. La pobre lechuza siempre venía congelada.

- Eso significa que vienen de muy lejos, tal vez del norte de Europa -Planteó Esme Wilson.

- ¿Puede que lleguen en trineos de perros? - Dijo Laura, emocionada. 



Escudriñaron nerviosos los terrenos del colegio, que se oscurecían cada vez más. No se movía nada por allí. Todo estaba en calma, silencioso y exactamente igual que siempre. Harry empezaba a tener un poco de frío, y confió en que se dieran prisa. Quizá los extranjeros preparaban una llegada espectacular... Recordó lo que había dicho el señor Weasley en el cámping, antes de los Mundiales: «Siempre es igual. No podemos resistirnos a la ostentación cada vez que nos juntamos...»

¡Rol de cuarto año en Hogwarts!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora