M i é r c o l e s

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Unas pequeñas nubes de tormenta se asomaban casi bestiales sobre el azulado cielo de aquella tarde.
El viento fresco mecía con fuerza las orquídeas del jardín y a pesar de que no estaba pronosticado que llovería aquella tarde parecía que fuera todo lo contrario.

SeokJin solía limpiar el patio a mitad de semana y NamJoon siempre lo ayudaba para que todo se viera tan bonito como siempre, ya sea regando las plantas o juntando las marrones hojas que caían de los árboles. Sin embargo, aquel frío miércoles la limpieza se había suspendido.

Dentro de la casa del mayor ambos disfrutaban esta vez de una buena maratón de películas, sentados uno junto al otro en el sofá del gran living.
El viento azotaba contra los enormes ventanales pero ellos ni siquiera prestaban atención. Las películas románticas se habían encargado de hacer a SeokJin un baño de lágrimas, y aunque NamJoon no disfrutaba en demasía del género, le divertía observar las expresiones de su chico.

Aunque aún no lo es oficialmente.

Su mente le jugó una mala pasada, recordándole la realidad y, por más que sus momentos juntos y la enorme complicidad que tuviesen parecían las de una pareja, ciertamente aún no eran nada. No se dio cuenta cuando un notable suspiro se le escapó sino hasta que sintió como Jin se acurrucaba contra su pecho, en un intento por reconfortarlo.  Y vaya que funcionó.

Jin dejó escapar su bella sonrisa y acarició con una de sus manos la mejilla del contrario, posando su pulgar en uno de los hoyuelos que Nam dejó ver al devolver la sonrisa. Y Jin sintió hipnotizarse sólo con tocarlo.

El menor posó su mano sobre la del contrario y se acercó hasta besar su barbilla. Jin se sorprendió, pero lo dejó pasar por esta vez, después de todo cada vez faltaba menos y entendía perfectamente la ansiedad de su chico.

Volvieron a poner atención a la película, que ya había quedado en segundo plano, aunque Nam nunca soltó la mano del mayor. Y fue éste último quien tomó la iniciativa, entrelazando sus dedos y acomodando su espalda en el pecho del mayor.

Y sin darse cuenta, el mayor cayó dormido en los brazos del menor, quién sólo lo observaba con ternura y un debate mental en su cabeza. Estaba dormido, ¿Debería acaso… robarle un beso?

No...

Rápidamente negó con la cabeza, abrazando con más ahínco el cuerpo del mayor. No había por qué apresurarse, ya sabía de sobra lo que Jin sentía por él. No tenía por qué apurar las cosas…

NamJoon cada vez tenía menos por lo qué preocuparse, después de todo ya estaba a miércoles.

Sólo dos días más, NamJoon...

This Boy ; NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora