This Boy ; NamJin

S á b a d o

¿Qué fue lo qué pasó, Namjoon?

¿Por qué tuvo que ser así?

Yoongi no podía entenderlo. No podía asimilarlo.

Apenas había pasado un día de lo sucedido y él no entendía qué pasó por la cabeza de su amigo para hacer algo así.

Él lo vio todo.

Pero no pudo testificar. No. Nadie le creería.

Yoongi lo siguió, cuando corrió. Siguió a su amigo por toda la cuadra, aún bajo la lluvia y tropezándose también. Pensó que su amigo tenía algún problema, que estaba enfermo o simplemente estaba nervioso.

Desde que había entrado en aquella mansión la semana pasada, había cambiado totalmente.

Ese viernes Namjoon no fue a clases. No lo vio desde que entró a la casa embrujada. Y creyó que le jugaría una broma, por eso no había asistido.

El Lunes fue el primer día que lo vio después de eso. Pero sólo hablaba sobre un hyung del que él no tenía idea. Y de quien nunca había hablado hasta ese momento.

Kim Seokjin.

¿Quién era él?

¿Por qué Namjoon estuvo toda la semana obsesionado con él?

¿Por qué nunca apareció?

Ni siquiera se presentó en el funeral de ese día.

El funeral de Namjoon. Sus padres, amigos, familiares. Todos querían saber de Yoongi cómo murió.

Pero. ¿Cómo contarles?

Namjoon corrió y corrió. Se detuvo frente a aquella casa abandonada e ingresó allí. Corrió, como un desesperado hacia la chimenea donde aquella pintura vieja y rota estaba colgada. Arraigada a la pared por unos fuertes clavos.

No reconoció en ese momento a su amigo.

No cuando gritaba el nombre de su hyung tratando de arrancar el cuadro de la pared. Haciendo sangrar sus uñas en el proceso. Yoongi estaba shockeado.

No podía reaccionar.

Namjoon arrancó el cuadro y se sentó en el suelo, observando con una boba sonrisa la pintura. Hablaba solo. No podía escuchar con exactitud, la lluvia no dejaba que lo hiciera, y cada vez era más fuerte. Como si le impidiera meterse en aquella conversación.

Pensó que ya era suficiente. Namjoon no estaba bien. Y cuando dio un paso adelante para entrar con él y sacarlo de ahí, ocurrió.

El estruendo.

El rayo.

Cayó al suelo, el impacto lo hirió y lo vecinos empezaron a observar desde sus ventanas, estaba seguro que ellos llamaron a la ambulancia que apareció después.

Pero Yoongi no sentía dolor físico, no estaba preocupado por su estado en ese momento. Su vista era únicamente dirigida a la casa que había sido atravesada por aquel rayo.

La casa en donde Namjoon se encontraba.

Su respiración se agitó y las lagrimas cayeron como bestias sobre sus ojos. Tirado en el suelo, no dejó de ver al mismo punto, shockeado, donde Namjoon estaba tirado en el suelo, abrazado a la pintura.

Y también había un muchacho. Lo observaba desde arriba. Con una hermosa sonrisa en el rostro, se arrodilló frente a Namjoon, acariciando su mejilla. Luego, giró en su dirección, encontrándose con su mirada.

Era él.

Kim Seokjin.

Lo sabía. Y no sabe por qué.

"Gracias por no abandonarme, Namjoon".

Pudo escucharlo claramente, como si no estuviera a metros de distancia. Hasta que apartó la mirada, volviendo a levantarse, caminó por la casa, ingresando a una de las tantas destruidas habitaciones de la planta baja, desapareciendo de su vista.

No reaccionó. Hasta que sintió como dos policías los transportaban a una camilla.

Nadie más vio a aquel chico.

Yoongi se detuvo en esa casa cuando caminaba por la cuadra. Observó la gran estructura desaliñada y en ruinas, cubierta por cintas de la policía que impedían el paso.

- Hace muchos años vivió un apuesto joven en esta casa.

No supo cuando aquella anciana había llegado a su lado, o por qué le estaba hablando a él. Pero quería que siguiera, quizás así sus dudas se disiparían.

>> Era un hombre muy bello. Y muy deseado por las jovencitas del barrio. - Rió, ocasionando una pequeña sonrisa en el joven - Pero tenía una pareja muy bella también. Su vida no era muy sencilla, sabes, ser homosexual en aquellas épocas.

Yoongi rió con desprecio. Que suerte que las cosas habían cambiado, aunque sea un poco.

>> Pero a aquel joven no le importaba lo que la gente dijera, sólo vivía su vida. - Hizo una pequeña pausa.

>> Hasta que un día su vida cambió. Su esposo había salido a trabajar, pero jamás volvió. Nunca supo qué pasó con él. Pero eso derrumbó al joven. Todo fue diferente después de eso. Él siempre lo esperó, los padres del esposo le contaron que había fallecido en un accidente en la carretera. Pero él esperó.

>> Un día lo vio, con una nueva familia, hijos, esposa, y aún con mentiras, esperó. Pero él nunca volvió.

- Disculpe si interrumpo su relato, señora, pero, ¿Por qué me cuenta todo esto?

La anciana sonrió, con algo de nostalgia en su mirada.

- Dice la leyenda, que el espíritu de aquel hombre sigue viviendo en la casa, aún esperando. Si entrás allí, te recibirá con gusto.
Te hipnotiza con su belleza y te hace creer que es el amor de tu vida, una historia de amor de pocos días, pedirá tu vida para nunca volver a estar solo.

Yoongi abrió los ojos con sorpresa, nunca había escuchado la historia de la casa.

- Sé por qué estás aquí. Yo también lo viví. Mi hermano... él decía que debía venir a verlo, de quien estaba enamorado. Y después de una semana, el murió.

Yoongi no supo cuando la anciana se fue. No prestó atención a nada después de eso.

Cerró los ojos un momento y volvió a abrirlos, frunciendo el ceño. Se acercó a la casa y tocó la puerta, esta se abrió al primer toque.

La casa abandonada estaba cubierta de telarañas y los muebles negros aún olían a quemado. No había señales de que Kim Seokjin siguiera dentro y, aquella pintura, había desaparecido junto con Seokjin.

No tenía ningún sentido seguir allí.

Dio media vuelta para retirarse, pensando que había sido un tonto al creer, por un segundo, que la historia del fantasma era real.

- ¡Hyung! ¡Si viniste!

Pero una voz lo detuvo. Suave, aguda, una voz que creyó reconocer a la perfección.
Se dio la vuelta, encontrándose con la hermosa mansión frente a sus ojos, un gato blanco regordete se paseaba entre sus piernas y, bajando a toda prisa las escaleras, un joven de cabello negro, tez blanca y cachetes regordetes lo observaba con una sonrisa que hacía a sus ojos desaparecer.

- Jimin...

"- Hey, ¿Volverás a verme mañana, verdad?"

Fin

- Tetsu.