This Boy ; NamJin

J u e v e s

– NamJoon.

La voz de Yoongi sonó nuevamente. Esta vez lo habían parado en la puerta del instituto y, por ningún medio, lo dejaban salir.

Sus amigos expresaban preocupación en sus rostros, innecesaria, pensó el más alto.

– ¿Qué pasa ahora? –  Se apoyó contra la pared más cercana, cruzado de brazos, esperando que alguno de ellos hablara.
No tenía tiempo que perder, se le estaba haciendo tarde y había quedado hoy con Jin Hyung.

– Nosotros… creemos que te estás alejando, Nam. –  La voz del más pequeño, Jungkook, salió algo triste, pero NamJoon apenas prestó atención.
Al observar el cielo, notó que lloviznaría de un segundo a otro. Hasta parecía que una fuerte tormenta azotaría en cualquier momento. Y estaba algo preocupado, a Jin le daban miedo las tormentas, y ahora estaba solo en casa.

– ¿Alejarme? –   Preguntó, aunque no totalmente metido en la conversación si sabía de lo que estaban hablando. Después de todo, no es la primera vez que tenían ésta charla.

– ¡Hyung, prometiste salir con nosotros! –   Taehyung soltó un pequeño puchero y Kookie lo secundó, ambos se veían dolidos al ser ignorados por el mayor durante tanto tiempo.

NamJoon suspiró.

–  Miren, prometo salir con ustedes después del viernes, ¿Está bien? –   Los menores sólo asintieron con desgana y dieron media vuelta, dando un suspiro.

“Siempre la misma respuesta” Creyó oír.

Yoongi, por su parte, lo observaba de brazos cruzados y con el entrecejo fruncido. Nam sólo pudo obsequiarle una sonrisa apenada. Y él y Hoseok, chasqueando la lengua y rodando los ojos, se fueron en busca de los menores.

NamJoon aprovechó para casi correr en dirección de la casa de su Hyung favorito.

Está lloviznando.

Espero que no esté triste ahora mismo.

Sólo espera un poco más.

Casi sin aliento llegó a casa del mayor, el cual estaba sentado en la puerta, esperando por él. No se encontraba tan empapado, pero si se había mojado un poco.

NamJoon corrió hasta él y lo rodeó con sus fuertes brazos, protegiéndolo de la lluvia que cada vez era más fuerte.

– ¡Hyung! ¿Qué haces aquí afuera con este clima?! – A rastras lo metió dentro de la casa para que pudiera secarse.

– Estaba preocupado, no llegabas y creí… Creí que no vendrías. –  Se aferró al pecho del más alto, sin intenciones de soltarlo. – Pensé que te habías aburrido de venir y que… –   NamJoon posó una de sus manos en la cabeza del mayor, acariciando los humedos cabellos con ternura, haciéndolo callar al instante con esa acción tan repentina.

– Jamás haría eso, Hyung.

Jin sonrió, una sonrisita imperceptible para el menor, ya que no lo estaba viendo directamente, pero que pudo sentir cuando los brazos del mayor se aferraron con firmeza en su espalda.

– Eres lo único que tengo, Joonie…

Lo sé, hyung.

–   No me dejarás nunca, ¿Verdad? –   Levantó la vista, encontrándose con la bonita sonrisa de su menor, mostrando esos hoyuelos que, sabía, lo volvían loco.

NamJoon rió, para luego besar con ternura la frente de su chico.

–  Jamás. Te amo demasiado, Jinnie.

– ¿Mucho, muchito?

– Hasta el infinito y mucho más.

Repartió besos por su frente, mejillas y barbilla, perdiéndose en el hermoso momento que ambos compartían y de esos que pocas veces se presentaban. Se detuvo a unos centímetros de sus labios, cuando los largos dedos de Jin apretaron sus costados.
Entonces ahí, NamJoon pudo abrir los ojos y observar como SeokJin los abría también, con sus mejillas sonrojadas y su suave respiración, se veía condenadamente hermoso a sus ojos.

–   ¿Mañana? –   Susurró NamJoon, sabiendo de sobra la respuesta.

–   Mañana…