CAPITULO DOS

28 5 0
                                    



Lo primero que sentí al despertar era mi boca toda pegada y pastosa, llevándome al pensamiento probablemente correcto de que mi aliento era similar al perfume de un muerto. Lo segundo que sentí inmediatamente de lo primero fueron los fuertes brazos de Fran rodeándome la cintura y su respiración en mi nuca. Esto se sentía tan bien, independientemente de la puta resaca que me estaba torturando desde que empecé a abrir los ojos. Se sentía tan lindo estar en los brazos de Fran pero al mismo tiempo era tan injusto. Hice un puchero mental mientras me acomodaba un poco más dentro de sus brazos, me sentí como un puto gatito mientras soltaba un suave suspiro (para evitar que mi aliento asesinara los pios fuera de la ventana al lado).

Pero, por mas bien que se haya sentido estar entre de los brazos de un hombre, sí, no puedo dejar de repetir la palabra brazos porque los de Fran eran, bueno, alucinantes. No puedo creer que realmente haya dicho que sus brazos son alucinantes. NOTA MENTAL: jamás decirlo en frente de Fran ni de ningún ser vivo. Posibles consecuencias: fin del pacifico mundo de los mortales que creen que Fran es humilde o modesto, o humilde y modesto. Entonces, después de 15 segundos en los que intenté relajarme contra el pecho de mi mejor amigo, gay, empece a sentir el calor que emanaba del cuerpo de este chico y del mio y era tanto que por un momento crei estar en el infierno. Chasquee con la lengua y me dije que tenia que afrontar las consecuencias de tomar tanto alcohol.

-Fran, basta. Esto es injusto para mi pobre corazón.—dije mientras trataba de desenredar uno de sus brazos de mi cuerpo. Incluso sus piernas estaban alrededor y por ahí de las mias, cómo no iba a sentir calor así.—Fran, no me ilusiones más.—le dije riendo en broma, pero el me abrazó más fuerte.

-¡Fran!.—le grité y el maldito empezó a reir mientras escondia su cara en mi espalda y no me dejaba ir. –Estupido, dejame ir, me hace calor y se me parte la cabeza.—el se seguía riendo. –Fran, boludo, en ser...—no pude terminar porque una de sus manos de movio por mi vientre y me hizo cosquillas.

-Mmm, si hubiera sabido que las gatitas de Fran se sentían tan bien entre mis brazos, habría venido más seguido.— murmuró contra mi nuca causándome escalofríos y dejándome helada.

WHAT THE HELL?

Me di vuelta como a la velocidad de la luz o más rápido y como no puedo controlar mis poderes supersónicos me cai de la cama y el golpe en la cabeza mas el dolor por la resaca me sacaron un par de lagrimas.

-Aww, a la nena no le gusta que le llamen gatita. ¿Es por eso que lloras, gatita?.—me sonrió un tipo en cuero desde la cama. Mechones color negro caian en su rostro e intentaban cubrir esos ojos color azul hielo.

Demasiada adulación para un tipo que te dijo puta, Elisa. Estaba dura en el piso mientras otro par de lagrimas por el dolor, la humillación y la bronca caian. ¿Y a este tipo que le pasaba?

-¿Quién sos?.—fue lo único que le pude decir a pesar de que quería gritarle los mil y un insultos y levantarme y partirle esa bonita cara de un puño.

El se volvió a recostar en la cama mirando hacia el techo y acomodando sus brazos detrás de la cabeza.

-La verdad es que podría preguntarte lo mismo, gatita. Ya que cuando llegue te encontré en mi habitación.—dijo lo ultimo mirándome con una sonrisa.

Su... ¿su habitación? Este era el cuarto del hermano de Fran, el cuarto donde siempre dormíamos por la cama de dos plazas. El cuarto de su hermano mayor. Qué.

No podía hablar, estaba sorprendida, dolida y con resaca. Me sequé el rostro y cuando miré mis piernas me acorde que estaba vestida solamente con una musculosa gris veteada de tirantes y mi bombacha de tacitas de café. Mis mejillas ardieron mientras mi mirada subia por la cama y se encontraba con la de él que se había puesto de costado. Yo era la intrusa en este momento, esta era su pieza. El me observaba desde arriba, como si fuera un ave majestuosa. Inclino su cabeza a un lado y me miro como si yo fuera estúpida.

-¿Qué pasa, gatita? ¿El ratón te comió la lengua?.—termino burlándose de mi con un puchero en sus labios.

Bueno, esto ya se fue a la mierda, ¿no, Elisa?

Las puntas de mis labios se elevaron y formaron una sonrisa, una macabra en mi mente, una sarcástica en mi rostro.

-Asi que vos sos Cam.— dije levantándome del suelo y haciendo un esfuerzo sobrehumano para que no se notase que estaba muerta de vergüenza de que me viera en bombacha y en remera sin corpiño y mientras lo miraba, por la esquina de mi ojo localice mis jeans. Fui a buscarlos y al mismo tiempo de que me los ponía y me aseguraba de que me estuviera viendo hice una cara de resignación arrugando un poco la nariz. Termine de prenderme el pantalón.—La verdad es que creí que resultarías un poquito más interesante.— recorrí su figura en la cama con una mirada indiferente, hice una mueca y me volteé para salir de la habitación sabiendo que me estaba olvidando el corpiño. MIERDA.

Mientras salía estaba pensando seriamente en mandarle un e-mail a la profe de teatro de la secundaria para relatarle de mis maravillosos actos merecedores de un Oscar y un Premio Nobel de la Paz por no actuar con violencia frente a seres que te exigen recurrir a la violencia.

Solo después de cerrar la puerta pude respirar bien y soltar el par de lagrimas que me quedaban encima. ¿Por qué estaba tan sensible hoy? Ignorando a mis tontas emociones me dirigi hacia la cocina y empece a sacar las cosas para hacer unos crepes para desayunar con jugo de naranja.

Mientras estaba exprimiendo la naranja unos brazos me rodearon la cintura desde atrás y me quedé dura. La persona detrás de mi sintió la tensión y aflojo su abrazo.

-¿Lizy? ¿Qué te pasa?.—me preguntó Fran buscando mi mirada. A pesar de que me acordaba todo con lujo de detalles lo que había pasado anoche con él no me molestaba en lo más minimo. No era la primera vez que nos poníamos en pelotudos los dos juntos. Lo que me jodía era que me había sentido tan estúpida hacia no menos de diez minutos frente a su hermano. No podía alejar el sentimiento de vergüenza y humillación de mi misma y eso me ponía mas estúpida.

-Asi que el nombre de la gatita es Lizy.—se oyo una voz a nuestras espaldas y con Fran volteamos para ver a Cam parado contra el marco de la puerta, aún sin remera. Con esa estúpida sonrisa de lado superficial. ¿Los chicos estúpidos y bonitos ensayaban la estúpida sonrisa? Ugh, estúpidos.

-Es Elisa, gracias.—le sonreí falsamente y le bati las pestañas como si fuera una estúpida enamorada. Estaba a punto de soltar una risita corta y chillona pero crei que era suficiente sarcasmo por ahora.

El chico solo levanto las cejas ante mi actuación y comentario pero luego nada más. Aparte de entrar a la cocina, quitarme el vaso de jugo que estaba terminando de exprimir y sentarse en la mesada frente a nosotros.

-¿Cuándo volviste? ¿No era que te quedabas en lo de Mar?—le preguntó Fran mientras el otro le echaba un sorbo al jugo que yo, maldito, acababa de exprimir. Podía sentir la tensión emanando de Fran como ondas horribles de calor. Un segundo, ¿volviste? ¿Cuándo llegó? Y ahí fue cuando cai en la cuenta de que había sido Cam quien había interrumpido mi casi beso con Fran. De ahí a que Fran se levantara sorprendido, me tirara y yo ¿me desmayara? Lo mas probable es que haya sido asi y que por lo que le preguntó Fran, Cam haya salido de vuelta anoche apenas llego. Y el ver la cara de sorpresa de Fran al ver a su hermano acá me dijo que Fran no creía que su hermano regresara por lo que me dejo dormir en su pieza y el después se fue a la suya. Wow, muy bien, Watson. Qué puedo decir, me adularia diciéndome Sherlock pero todavía me considero una principiante. Una humilde principiante.

Cam se terminó el jugo y sin responderle a su hermano salió de la cocina y se fue a tirar al sillón. Fran se asomo por la puerta y lo miró serio.

-Calmate, hermanito. Volví hace algunas horas para dormir y relajarme un rato.—me miró a mi que estaba detrás de Fran cuando dijo lo ultimo. Serás hijo de puta.


HOLISSSSS, bueno, creo que los capítulos serán medio cortos por lo que veo, pero espero que lo disfruten de igual modo. Os hamo con H :E

Señorita Obstinada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora