CAPITULO TRES

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-Es que qué le pasaba, o sea ¿Qué le pintó para tratarte así? ¿Aun sin conocerte? ¿Quién se cree que es?.—se quejaba Quim mientras yo me ponía el pijama para ir a dormir. La miré asintiendo.

-Sí, ¿no? Quién se cree que es.

-Pero en fin, estaba bueno, ¿no? Si es hermano del bombón de Fran debe ser un Adonis.—dijo Quimey entusiasmada tirándose en mi cama.

-Bueno, sí, el pibe estaba bien bueno, pero era tremendo idiota. Encima para su edad creerías que tiene un poquito más de poder de, de, ¿de razonamiento se dice?.—ahg este pibe me puso mal. Jamás en mi vida me había sentido tan humillada y tan estúpida. Debería haberle partido la cara. Me prometí que si me lo llegaba a cruzar más de una vez lo haría.

-Ohh, – Quim suspiró.— ¿no es como una historia de amor? El hermano engreído de tu mejor amigo, te trata mal, pero en el fondo te ama...

La miré con mi peor cara de "Sos estúpida o te haces".

-Seria más creíble que el hermano de Fran fuera un vampiro y que me haya tratado de esa manera para alejarme porque se veía muy tentado de chupar mi sangre hasta dejarme seca.—dije blanqueando los ojos. – En fin, contame de tu fin de semana. Al final parece que lo pasaste bien ya que no nos llamaste ni a Fran ni a mí.—le dije meneando las cejas.

-Ay si, conocí al primo de una de mis compañeras de trabajo. Él vive con ella, fue ahí donde nos juntamos y Guille estaba ahí y es muy lindo Lizy. Es alto, tiene rulos castaños y ojos color chocolate...

-¿...Y?.—le dije para que siga contando, ya entusiasmada.

-¿Y qué? Tenía novia.—hizo un puchero mientras arrugaba la nariz en disgusto.

-¿Ehh? ¿Y entonces qué hiciste en toda la noche?.—le pregunté sorprendida. La verdad era que había pensado que se había juntado con un chico.

-¿Qué qué hice? Y nada, Lizy, me quedé ahí mirando cómo se besaban sin pudor frente a su prima y el resto de nosotras. ¿Qué iba a hacer?.—me miró. –Si la novia es la gerente. Así que mientras ellos se besaban yo tomé vodka como si fuera agua. Me descompuse, le vomité el sillón a Carla y a Guillermo, los primos, y después Mariana, la más vieja de nosotras me acompañó a casa.

-Oh... dije sin saber qué decirle. El silencio llenó la habitación y ella me miró justo cuando dejé escapar otro "OHHH".

Quim empezó a hacer muecas hasta que soltó la carcajada.

-Si, ohhhh—dijo riendo.—En fin, lo mio fue definitivamente menos interesante que lo tuyo.

-Bueh, tan interesante... dije bostezando. Nos acostamos y mientras ella apagaba su velador, pensé un poco más lo que había pasado con Fran y Jairo. Hay veces que me resultaba muy difícil poder ser comprensiva con este tipo de problemas, porque la verdad es que nunca me había puesto de novia ni había estado tanto tiempo viéndome con un chico, por lo que al final de cuentas nunca llegué a querer mucho a alguien como para sufrirlo tanto. Así que mientras más vueltas le daba al tema, mas llegaba a la conclusión de que estos dos se tenían que dejar de boludeces y ponerse los pantalones, los dos. Odiaba meterme en algo pero más me molestaba el hecho de que se empacaran con algo y no le buscaran la solución, los dos tienen que aflojar un poco. Caprichosos que son, pensé y negué, teniendo fe y confiando que iban a arreglar todo en poco tiempo.

...

Al día siguiente estaba cursando Sanitarias cuando me llegó un mensaje de Quim

"Boluda, no sabes, me acabo de enamorar de un rubio, bombonazo, no sabes lo perro que está"

Señorita Obstinada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora