Parte sin título 3

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Y así fueron a un pequeño bar. Kagome se dio a la tarea de hacer que tomara el mayor vino posible y así fue, después de un rato ella se animó a hacer una pregunta.

Kagome –Tú quieres un beso mío?

Toshiro –Claro que sí, me muero por probar tus labios, haría cualquier cosa porque esto pasara.

Kagome –Bien, sabes, a mí siempre me han gustado las cosas anormales, diferente y extrañas, y dado que soy muy curiosa quisiera pedirte algo, ¿puedo?

Toshiro –Pide lo que quieras y será tuyo.

Kagome –Me encantaría ver al paciente más peligroso del ala prohibida.

Toshiro abrió los ojos como platos, pero su desesperación por los labios de Kagome era tan fuerte, y su nivel de alcohol tan alto que no dudo en decir.

Toshiro –Claro que es un trato, pero dado que arriesgo mucho, quiero dos besos.

Kagome no podía creer que su plan funcionar, de inmediato se pusieron en marcha, y al poco tiempo llegaron al hospital, por suerte los guardias de la entrada estaban acostumbrados a ver las conquistas del chico y abrieron la entrada sin hacer escándalo, definitivamente algo estaba mal con la seguridad tan escasa, pasaron sin problemas hasta el ala prohibida, los doctores en turno estaban en un descanso.

Toshiro –Bien estamos de suerte, no hay nadie a la vista, ahora te llevare con el sujeto más peligroso, nadie sabe lo que es, hace mucho tiempo que él está aquí, y aun así no han podido encontrar nada, el sujeto está débil ya que solo come frutas cada dos o tres años, y no habla, no dice nada, lo mantiene drogado con ayuda de gas, él no se puede defender, yo digo que era muy fuerte, tal vez un gran señor, su mirada a pesar de que pocas veces esta consiente es fría, espero que no te asustes demasiado al verlo, aun así estaré aquí para protegerte.

Llegaron a la puerta y el abrió, le hizo una seña para que entrara, y Kagome con paso decidido entro, cuando lo vio su corazón se estrujo, ya nada quedaba del gran señor de oeste, el parecía dormido pero ella sabía que estaba consiente, su cara era tal que el joven Toshiro pensaba que se había asustado por tal fenómeno. Cuando la iba a sacar, escucho una voz y no le quedó más remedio que dejarlos a solas y correr a los que llagaban, Kagome se acercó rápidamente a Sesshomaru.

Kagome –Sesshomaru¡, soy yo Kagome, Viajaba con Inuyasha, no sé qué abra pasado para que terminaras aquí, pero hare todo lo posible por sacarte de este lugar, podre mi vida en juego para que conozcas la libertad nuevamente.

El aludido abrió los ojos tan desesperadamente, pensado que se trataba de una jugarreta de su mente, tal vez un fastidioso sueño, o que la muerte se acercaba a él, pero el aroma de Kagome era inconfundible, así que tenía que ser realidad y la humana le daba un poco de esperanza, iba a decir algo, pero unos pasos se escucharon y ella se separó rápidamente para no levantar sospechas. Toshiro entro rápido y le dijo a Kagome que era hora de irse hasta la borrachera se le había bajado al joven, sin embargo, ella le dirigió una última mirada al Lord del oeste.

Pero no estaban solos, durante la corta visita de Kagome, alguien los observó por el gran espejo y ventana de la parte alta de la celda de Sesshomaru, y estaba contento con lo que veía, una posible respuesta a tantos años de investigación.

Kagome –Cariño, y porque salimos tan deprisa?

Toshiro –El doctor en jefe estaba cerca, y no quería problemas, espero que lo entiendas.

Kagome –Si está bien, muchas gracias por traerme, - Y sin más le dio los dos besos que prometió, sin embargo no sintió nada más que no fuera una gran angustia en el pecho, su amigo estaba en problemas –Bien ya es tarde y mi mamá se preocupara mucho. - Se fue de ahí, durante el viaje a casa pensó en algún método que sirviera para sacarlo. Y sabía que su madre tenía que enterarse ahora.

¿Qué pasa después del final?Where stories live. Discover now