C U A R T O: Tomate andante...

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Actualmente...

Todo a su alrededor trancurria con normalidad, ella parada al frente de aquel edificio, que era cuatro veces más grande que el suyo.

Todos se sentirian embobados observando el departamento, desde afuera y por dentro, a exepcion de Teresa, quien aprendio que eso no era nesecario, hace mucho tiempo, debido a las pruebas que le dio la vida comprendio que las apariencias muchas veces engañan, que no hay que jusgar un libro por su portada, a pesar que en ocasiones si puede concordar con el contenido, es mejor conocer a la persona a fondo antes de sacar conclusiones.

Volviendo de sus sumidas reflexiones, tocó la puerta sútilmente para no parecer apresurada y ser más discreta como ella acostumbraba a manejar sus acciones en su nueva vida.

A los pocos microsegundos un joven de aspecto cansado y despeinado aún con su pijama infantil puesto le atendio la puerta, al darse cuesta de quien era la presencia se sonrojo de la vergüenza de que lo viese así.

-tranquilo no debes avergonzarte, además yo deberia estarlo por despertarte aunque ¿bien que es bastante tarde no creés?

- como supiste que estaba durmiendo - cureoso el inividuo

-tus orejeras, ojos hinchados, voz somnolienta, cabello despeinado y el simple hecho de que estas en pijama a las dos de la tarde- instintivamente él volvio a hacer un tomate andante, la chica por otro lado se sorprendio al ver en alguien tal nivel de sonrojo, no obstante prefirio regalarle una sonrisa y no criticarlo, como le hubiese gustado, acción que causo en él las mismas tonalidades en su rostro.

-sabes, yo venía de pasada a devolverte otra vez a este minino- hablo, mientras entregaba el felino a su dueño.

Al recibir al gato y rozar sus dedos, sintiendo una chispa que llegó hasta su espina dorsal, quedó mudo, como si le hubiese comido la lengua su propio gato.

- Okay, si nos logramos volver a ver, soy Teresa Fernández.

-y-yo...me llamo Diablo- al decir lo último bajo la cabeza, emanando en el vergüenza por su respectivo nombre.

- tranquilo tú nombre me parece chido, no hay muchas personas con uno como ese, aunque siendo sincera, eres todo un ángel, no, más parecieras un chico timido, tierno.

-gra...gracias

- de nada, yo me voy, nos vemos luego, bye...

-adiós- dijo mirando como su larga melena iba desapareciendo por el pasillo hasta el asensor.

Cerrando la puerta tras de si dejo el animal de cuatro patas sobre su cómodo sillón.

-¿y tú?, ¿como es que te escapaste y la encontraste?

-hasta mi gato tiene una mejor vida que la mia.

sobretodo porque estaba con ella 》- agregaba su conciencia

Oscuro AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora