Amaba día de brujas, era mi festividad favorita, no me interesaba año nuevo, navidad, nada en absoluto, solo Halloween, porque es el día en el que todos podemos mostrar a la luz el monstruo que llevamos en el interior, incluso las criaturas más puras.
Llegué a casa, tomé la máscara que usaba cada año, tomé un sacó, me dirigí a la cocina, tome el cuchillo más filoso, me quite la sotana, el crucifijo y salí de casa sigilosamente.
Amo el 31 de octubre, porque es la única noche en la que nadie va a llamarme "Sacerdote".
ESTÁS LEYENDO
Historias De Terror
HorreurBasado en historia y/o leyendas de terror, cortas en su mayoría.