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—Bueno, ¿te gusta el nombre Phoenix?—pregunto, mientras miro a Alice quien está recién levantada.
—¿a qué viene esto ahora, Jamie?
—Solo es curiosidad, también me gusta Iris.
—¿Iris? Yo prefiero Axel.—dice estirandose en la cama.
—Pero hablo de nombre para chica. Por ejemplo, Charlotte o Arabella.
—¿Charlotte? Ya me hablaste un día de eso, pero no me acuerdo tampoco a que venía.
Yo sonrio y me giró para mirarla mejor. Tiene los ojos cerrados y aún está tapada por las sábanas.
—Venga, dime un número.
—¿para qué?
—Deja de hacer preguntas, dime un número.
—El 5, mi número favorito.
—Ahora dividelo como tu quieras.
—2'5 y 2'5.
—Pero Alice, no podemos tener 2'5 niñas y 2'5 niños, sería muy extraño.
Ella suelta un risita y se acerca hacia mi para abrazarme y besar mi mejilla muchas veces.
—Acabo de salir de Hogwarts como quién dice y tu me hablas de tener hijos, no es mi problema que seas un viejito, Jamie.
—Imagínate una niña de pelo rizado y rubio correteando por el jardín, y luego un niño más mayor jugando con sus otros hermanos y hermanas, espero que si tenemos hijos salgan a ti y no a mí.
—Dos son suficientes.
—Has dicho cinco. —respondo riendo.
Ella niega con la cabeza y ríe levemente.
—Pues me gusta Phoenix. Es raro, mi madre siempre nos llamaba por nombres raros. Ya sabes, Aliceadora Hannah, Augusta y Franklyn Penélope— esto último lo dice riendo—Aunque el segundo nombre de Frankie es Neville, pero mamá un día le dijo que pensaron en ponerle Penélope y desde entonces se quedó así —hizo una pausa —no sé para que te cuento esto.
—Me gusta que hables de tu familia, todo eran risas y felicidad en vuestra casa. Daba gusto entrar y ver a una familia tan unida.
Alice me abraza más fuerte.
—En cambio, mi padre siempre fue más cariñoso con Al y con Lily que conmigo.
—Eso no es cierto, James.
—Si que lo es, siempre tenía alguna excusa para decirme lo que había echo mal y enfadarse conmigo.
—Dominique también me gusta.
La miro riendo.
—Buena idea para cambiar de tema.
—Es en serio, me gusta Dominique y Lucille, Phoenix, Charlotte e Iris.
—Axel tampoco está mal. ¿Qué hora es?
—La hora de llenar la panza, vamos a desayunar—dice mientras se destapa y se pone de pie.
