Verano (Barakamon)

Capítulo 5

Handa Seishuu

"¡¿Me ha oído cantar?!"

En ese momento moría de vergüenza. Escondí mi rostro entre mis manos haciéndome volita en el suelo, ocultando mi rostro que ardía de pena.

— ¿y bien? ¿Cuál es la cosa más importante?—pregunto la chica, sentí como estaba enfrente de mi agachada a mi altura— ¿Y bien? ¿Y bien? ¿Y bien? —repetía una y otra vez tocando mi frente descubierta con su dedo, me sentía más avergonzado aun.

— ¡¿Qué es lo que quiere?! ¡No pienso disculparme! —le grite enfadado levantando la cabeza para verla. Ella del susto se tambaleo cayendo sentada en el piso. Su rostro dejo la sonrisa que antes tenía para poner una de tristeza.

— ¿Disculparte porque? —Hablo despacio con tristeza—Nosotras éramos las que te estábamos molestando. Por cierto...—saco de su bolsillo del pantalón unas hojas de papel donde permanecía la escritura un poco arrugada y distorsionada en ella— Naru intento copiar tu escrito, hasta me obligo a copiarla a mí también, peor no nos salió de la misma forma que a ti— le dio un último vistazo a las hojas antes de extenderlas a mi

Las agarre curioso observando una por una lo bien escritas que estaban.

— ¡Lo siento! —dijo inclinándose en el suelo llamando mi atención y sintiéndome incómodo.

—Oye...no has hecho nada malo—le dije mirándola, ella se enderezo para mirarme.

— ¿Así que nos perdonas? —murmuro con su tono triste

—Sí, aunque nunca hubo algo que perdonar—solo eso basto para cambiar su tono deprimente a una gran sonrisa, junto a un suspiro de alivio.

— ¡Menos mal! —Exclamo con alegría sorprendiéndome tanto que me pare de golpe— ¡Me alegro que nos perdonaras! Tenía un poco de miedo de pedir pero ahora me siento bien de hacerlo.

"Acaso es una niña"

Parecía una niña chiquita en ese momento y no la maestra que según era.

—Nekota, perdón por decir eso de ustedes—murmuro mientras ella se levantaba del suelo. Ella me miro confundida.

— ¿Qué dices? —pregunto con una ceja alzada. Me sentí avergonzado, fue muy fácil para ella pedir perdón, mientras yo me moría de vergüenza.

—Olvídalo— dije serio aunque sentí mis mejillas arder. Esto le causo gracia a la pelirroja que me dedico una sonrisa alegre.

—Que vergonzoso es Handa-san—puso su mano en la boca intentando evitar reírse de mí. Achine los ojos acusatoriamente, dándome más vergüenza aun.

— ¡Vámonos!—exclame empezando a caminar siendo seguido por Nekota y su enorme sonrisa.

. . .

—Aun así, se han esforzado en esto—comente cuando analice de mejor amanera la escritura de las hojas, ¡realmente era buena! ¿Cómo Naru pudo hacer esto?

—Nah, fue fácil—Dijo sin importancia caminando sobre la orilla de la carretera, del otro lado se encontraba el mar— ¡Tu escritura es fantástica pero le falta algo para ser perfecta! —agrego con una sonrisa.

Irritado por si comentario no pensé las cosas solo la empuje con molestia olvidando que del otro lado estaba el mar. Ella cayo en pida al agua, aunque no estuviera tan lejos de la superficie. Hizo una pequeña marea de olas para luego salir y dar una gran bocanada de aire.

— ¡¿Por qué has hecho eso?! —grito enojada con una brazo en el aire mientras intentaba mantenerse a flote. Mi rostro preocupado paso a uno inocente mirándola desde arriba.