capitulo 7

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Trabajo nocturno


Apenas el reloj marco las 9:30 de la noche, comenzamos a cerrar el local, con ayuda de la señora May comenzabamos a levantar las sillas sobre las mesas y limpiar el piso mientras Vanesa ya se dormia sobre un sofá. Con la persiana del frente cerrada, veo llegar el taxi que la señora May pidió para nosotros y entro rapidamente por Vanesa cargándola en brazos mientras duerme profundamente sobre mi hombro, y una vez en el taxi, solo partimos.

-Señora, ¿Hace cuánto tiempo que tiene éste local?

-Oh... -su mirada baja con una leve sonrisa -no hace tanto tiempo, fue gracias al dinero que mi difunto marido me dejó que lo pude adquirir y abrir, es lindo hacer algo más -sonrie más ampliamente -que solo quedarse en casa mirando como las horas pasan y pasan... -rie cubriendo sus labios -me hago las vieja haciendo eso.

Divertido sujeto su hombro -Muy bien, es hora de cambiar de tema... Se ha puesto sentimental.

Entre una leve risa ella solo asiente y continua dirigiendo la plática hacia su sobrino, el chico parece ser su persona preferida en todo el mundo, solo logro escuchar cosas buenas de el... ¡No pienso arruinarle su historia de niño bueno! Nadie puede ser tan bueno, en especial un adolescente ¡Vamos! A esa edad yo solo vagueaba por doquier y fumaba yerba ¡A todas horas! Además de las peleas. Al llegar a la casa, espero pacientemente a que la señora pague el taxi, mañana arreglaré cuentas con ella. Con una sonrisa ella avanza con prisa abriendo la puera para dejarnos entrar, enciende las luces de la casa y disculpándose por un desorden que no existe, nos guía al segundo piso, a la habitación donde Vanessa se podría quedar. La recuesto sobre la cama y la cubro con las sábanas que la señora May nos da. La pequeña ni siquiera se inmuta de su sueño, y salimos dejando la puerta entreabierta mientras nos dirigimos al piso de abajo.

-Entonces Wade, ¿Dónde irás?

-No se preocupe -sonrío sujetando su hombro -estoy... Investigando a una persona, pero volveré más tarde.

-Amm... -me toma por el brazo - ¿Que tipo de persona? ¿Es un familiar?

-Algo así... -sonrio estúpidamente -posiblemente en el futuro él sea mi familia -sacudiendo mis ideas la veo directo -deje mi celular en la habitación, está junto a Vanessa, está sin contraseña y dentro de el hay un mensaje que contiene mi dirección, solo... Si es que piensa que voy a desaparecer.

Ella solo me sonríe comprensiva a mis palabras y sacándome de la casa espera a verme subir en el autobús. Planeo ir primero a mi apartamento, no pienso ir a ver a Peter en estás fachas. Apenas llegó comienzo a cambiar mis ropas con tanta prisa que terminó cayendo ante el ponerme de las mayas horribles de súper héroe, ¡Porqué así es amigos míos! Éste malnacido villano (mercenario) de mayas rojas, está por pasarse al otro bando, y no solo hablo de policías y ladrones, buenos y malos... También de lo otro, ya saben... Pero no alboroten sus traseritos, solo acepto llamadas de Peter y de nadie más, lo siento.

Apenas terminó de meter mis nalgas en el traje de mierda, salgo corriendo por las escaleras de emergencia. En el bus de camino a casa de Peter, comienzo a interceptar una radio policíaca para asegurarme de que todo está tranquilo y de que él está en su apartamento; los niños me miran con atención y sus madres cubren sus ojos, mientras que no me niego a posar para los y las adolescentes que posan conmigo. Al bajar puedo notar las calles completamente solitarias, avanzo tranquilamente tarareando una canción, y finalmente subo al edificio de enfrente para poder verlo bien. Una vez en el techo saco mi equipo de espionaje, digo... Mis binoculares, regalo de una anciana ciega... Osea que... Son rosa. Recostandome en la cornisa puedo ver cómo él apenas llega tomando asiento en su escritorio, agotado, tan lindo... Se que ahora debería estar más preocupado por una niña que se está quedando casi bajo mi cuidado... Pero deseo conseguir a este chico con ansias, él es... Como el último chocolate en el estante de aquella tienda de alado, ésto es una pelea entre mí, y quién sea que esté detrás suyo... Sin pensarlo ni un poco, un suspiro escapa de mi boca al verlo sacarse la camisa para arrojarla al cesto de ropa sucia, apenas desabrochaba su pantalón cuando una llamada llegó a su celular. De pronto una sonrisa lleno su cara, y siguiendo con el cambio de ropa se acercó a la ventana mirando hacia abajo para solo cerrarla y cerrar las cortinas.

Perfecto EncajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora