Como no conseguía consolarme, Harry me tomó del brazo y nos apareció en su oficina de auror. Supongo que la calle no le parecería el mejor lugar para llorar.
Las caricias que me hizo en el cabello fueron calmándome poco a poco. Cuando por fin recobré la consciencia de mí mismo me levanté, avergonzado e incrédulo.
—Gracias, Potter —dije con la voz un poco rota, intentando a duras penas recuperar un poco de dignidad, mientras buscaba la varita en las profundidades de mi túnica.
—¡Malfoy! No tienes que...
No llegué a escuchar el final de su frase, porque a la mitad ya me había desaparecido.
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Caminos
FanfictionTras el fin de la guerra Draco Malfoy vive en la miseria, trabajando para poder pagarle las medicinas a una Narcisa tremendamente enferma. Harry Potter, en cambio, es feliz en grado sumo: es auror, está prometido con Ginny Weasley y, en general...