Besos de un Ángel II Harry Styles y tú II Capítulo 50
Esta noche, como todas, Harry y yo nos sentamos en la cama, mirándo hacia la ventana. Rezamos juntos hasta que el sol se esconde por completo y le lanzo un beso a mis padres. Les echo de menos, pero cada vez les siento más cerca de mi.
-Es hora de dormir.- Susurra.
-Claro.
Me meto debajo de las sábanas y me quedo en medio de la cama. Harry me mira esperando a que me mueva para entrar pero no lo hago asique se tumba encima mio.
-¡Para, para! Ya me quito.
-Ahora te aguantas, pequeña.
-¡Pesas mucho! Me estas aplastando.- Rio.
Él se da la vuelta y apoya su peso en sus brazos. Me mira fijamente a los ojos mientras que su nariz roza la mia.
-Te quiero.
-Y yo a ti.- Cierro los ojos y me besa. Amo, cada día más, como lo hace. Despacio y bonito. Acaricia mi cintura por debajo de las sábanas y mi pijama. Siento su calor corporal que me aleja del frío de la noche. Enredo mis dedos en su pelo y el gime desde lo más fondo de su garganta. Sus dedos repasan mis cuerpo haciendo que sienta pequeñas corrientes electricas que hacen que mi corazón acelere. Besa mi oreja y después mi cuello yo acaricio su espalda por debajo de su camiseta. Después él para y se tumba a mi lado. Me apoyo en su pecho y escucho su ritmo cardiaco. Tan acelerado como el mio.
-Me gustas tanto.
-Y tu a mi Harry.
-No lo entiendes.
-Quizá sea mejor que no lo haga.- Rie y siento que vibro en su pecho.
Nos quedamos unos minutos en silencio y luego le llamo.
-Harry, ¿por qué le diste tu luz al diablo?
-Ya lo sabes.- Me acaricia la mejilla y coloca un mecho de mi pelo detrás de mi oreja.- Quería protegerte.
-Ya lo se...pero, ¿no hay alguna forma de recuperarlo?
El niega con la cabeza y me vuelvo a apoyar en su pecho. Pronto el sueño me consume.
Lo veo todo borroso, es lo que tiene de malo levantarse pronto.
Apago el despertador y me estiro debajo de las sábanas. Siento que algo me falta pero estoy tan amodorrada que no consigo averiguar que es. Sigo dándole vueltas hasta que caigo; Harry. No esta aquí conmigo. Me levanto a la velozidad de un rayo, preocupada de que haya podido irse a cualquier lado lejos de aquí.
Bajo las escaleras y una voz me sobresalta.
-Buenos días.-Me saluda.
Sin pensarlo ni un segundo me lanzo a sus brazos.
-Ni que hiziera una eternidad que no me ves.- Comenta Harry riendo.
-Pues ha sido como tal.- Nos quedamos unos segundos abrazados, sin decirnos nada.
-Te he echo el desayuno.
-Oh gracias, que amor.- Digo y beso sus labios entreabiertos.
Nos sentamos juntos a desayunar y me fijo en lo que ha preparado. Ha pensado en todo. Hay zumo de naranja, ha traido cruasanes e incluso sirope. Lo observo comer y en estos momentos parece el mismo chico de antes aunque en el fondo no es igual. Me inclino y le doy un dulce beso en la mejilla y el me da otro en la nariz. En ese momento entra mi hermano y nos separamos.
-Buenos días.
-Hola.- Respondemos nosotros.
Es tan extraño como en tan poco tiempo ha cambiado casi todo. Mi hermano es el principal cambio, ahora es otra persona, alguien feliz y sonriente que no grita ni manda. ¿Tendrá novia? Me rio ante esa posibilidad y Harry igual porque sabe lo que he pensado. Raphael niega con la cabeza y también se rie aunque no sepa nada.
