Desolación

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¡Todos se horrorizaron a tal grado que se tiraron al suelo! Incluso Jaden se agachó pero al instante volteó a todas partes para buscar el origen de la explosión desesperadamente.

No alcanzaba a ver el humo, sin embargo, la luz de las llamas iluminó el techo del campamento, el fuego estaba al sur del pueblo, no muy lejos de ahí; Jaden tenía muchísimo miedo de lo que estaba pasando, sin embargo algo lo incitó a ir allá, el hecho de que Lea (su amiga) vivía cerca del accidente.

Jaden corrió lo más rápido que pudo, una vez más, contra corriente; mientras los habitantes huían del fuego, Jaden se dirigía a él. Corrió lo más rápido que pudo, rápidamente esquivaba a la gente que iba en dirección contraria. Al llegar encontró el muro hecho añicos, junto con el muro habían caído tres casas y dos habían sido dañadas; además, las casas ardían y aún había gente adentro, había tres niños y una niña. Esa niña era Lea, y los tres niños eran sus hermanos, a pesar del amor que sus padres les tenían, huyeron de la explosión. Jaden corrió a ayudarlos, pero estaba exhausto. Aún con el cansancio, intentó levantar una viga que truncaba un muro de madera que estaba en llamas, el cual estaba atrapando a Lea y sus hermanos.

Hizo muchos intentos por levantar la viga pero no pudo hacerlo, era demasiado pesada y el humo ya estaba sofocando a Lea y sus hermanos. Buscó la forma de hacerlo, quería sacarlos de ahí. En el agujero que la explosión había causado Jaden había algo. Al fondo del desierto había sombras que se movían como si de bestias al acecho se tratara. Hombres del pueblo también se percataron de ello, por lo que tomaron lámparas y antorchas y con las armas cuidaron el gran agujero que la explosión había causado.

Los niños y Lea seguían atrapados, se ahogaban entre las cenizas y el humo. Mientras tanto Jaden seguía buscando desesperadamente la forma de sacarlos, sin embargo decenas de hombres armados entraron en escena, parecidos a los hombres extranjeros que habían llegado al pueblo pero uniformados y con cascos. Estos hombres corrían en filas hacia el agujero y otros se dirigían hacia otras partes del pueblo; Jaden les habló para pedir ayuda, entonces unos cuantos de ellos ayudaron para sacar a Lea y sus hermanos.

Lea y sus hermanos estaban ya casi desmayándose, los soldados esperaban apuntando al desierto con sus armas, la gente gritaba por ayuda debajo de los escombros y los soldados hacían lo que podían por sacarlos, el fuego hacía que las casas de madera y heno cayeran como una casa de cartas al viento. Algunas personas corrían con sus prendas en llamas y otras huían despavoridos como si algo los persiguiera, entonces algo aún más espeluznante ocurrió.

Jaden no sabía por qué los soldados apuntaban al exterior del campamento, pero por lo que vio la duda desapareció. Entre las sombras que la oscura noche permitía ver había siluetas de criaturas extrañas y enormes que corrían de un lado a otro, ocultándose entre las rocas, escapando de los proyectiles de los soldados. Algunas balas alcanzaban a los monstruos pero parecía que sólo los distraían, ninguno se detenía ni caía, las armas no les hacían daño. Jaden estaba horrorizado por lo que pasaba, estaba en peligro; fue en ese instante cuando recordó los dibujos de Thyna, su madre, donde un monstruo destrozaba a una mujer frente a las llamaradas de la explosión.

Muchas preguntas atormentaban la mente de Jaden, ¿quién ocasionó la explosión?, ¿qué eran esos monstruos?, ¿de dónde venían los soldados?, ¿quién le había entregado ese brazalete?, ¿dónde estaba su madre?, ¿cómo sabía Thyna que todo eso pasaría?, ¿qué sería de él?, ¿qué sería de Kárameth? Estas preguntas y muchas otras daban vueltas en la cabeza de Jaden. Él pensaba todo esto, no sabía qué pasaba ni qué pasaría pero, al recordar el último dibujo de Thyna, supo lo que le podría pasar a él. Estaba quieto, sin hacer nada, observando, tratando de identificar más claramente a esas criaturas que se escabullían en la oscuridad de la noche.

Leann: Orígenes de una LeyendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora