La Gran ciudad: Tharos

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En el día el auto comenzaba a calentarse mucho, todos iban acalorados y en otros vehículos ya habían muerto por insolación o hipertermia, Jaden podía ver los cadáveres que lanzaban de los camiones. El viaje duró casi dos días, todos estaban sedientos y deshidratados; Jaden dio toda su botella de agua a Tara. En el vehículo en el que viajaba Jaden había uno que ya no despertaba y lo lanzaron. Ya había pasado el segundo amanecer y el Sol seguía calentando los vehículos, muchos murieron en el trayecto. Entonces Jaden, al ver en las ventanas, comenzó a ver que el suelo ya no era arenoso sino verde y con lo que parecían ser hierbas como en los cultivos que veía de Kárameth. Pasaron unas horas y, a pesar del clima abrasador, todos se maravillaron al ver árboles a lo lejos.

Era medio día y vieron gente en los prados, al parecer recogiendo cosas entre las hiervas altas, al preguntar Jaden al soldado que iba con ellos le contestó que estaban entrando a las provincias de Tharos . No le dio más explicaciones. Cuando Jaden solía hablar con gente de las caravanas, éstos le decían que recogían algunos frutos tharitas; vio kilómetros y kilómetros de sembradíos llenos de frutos de todos los tamaños y colores. Jaden también se preguntaba qué significaban los símbolos que los soldados llevaban en el hombro de sus uniformes2. Al menos estaban cerca de una ciudad, estaban cerca de llegar a algún lugar.

Después de eso pasó casi una hora y entraron a un pequeño bosque, los árboles aun dejaban ver la luz del Sol pero para Jaden fue impresionante, nunca antes había visto árboles ni había oído hablar de ellos. Tara también quedó atónita por la altura de los árboles; los tharitas se referían a estos árboles como Kad. Entonces llegaron a unos muros enormes, de casi sesenta metros de altura donde al atravesar sus puertas igual de altas pudieron ver a la gran ciudad, entonces el soldado les dijo: Ésta es: ¡Tharos, la gran ciudad!. Todo Tharos estaba rodeada por ese muro, pero no era todo, mientras más se adentraban a la ciudad llegaron a atravesar dos muros más de la misma altura, ¿querrían cuidar algo?, ¿de quién o qué se protegían?, ¿qué habría en el centro del país? Las personas de Tharos usaban grandes prendas que cubrían sus cuerpos, o algunos sólo usaban capuchas para resguardarse del Sol. Había otros que usaban máscaras, todas las prendas estaban hechas de ese material que los protegía de la radiación.

Tardaban alrededor de cinco horas en llegar de un muro a otro. La ciudad estaba llena de edificios altísimos que fácilmente superaban los seiscientos metros. Entre los edificios había vías de tránsito que se basaban en varillas negras, éstas dirigían el rumbo de unos vehículos particulares: los Fath. Eran vehículos esféricos que se basan en un sistema monitoreado por una supercomputadora, la cual controlaba todos los fath de la ciudad y sus rutas, de tal forma que evitaba que hubiera accidentes entre éstos. Sin embargo Jaden y los demás autos seguían en las calles pavimentadas de Tharos, porque ellos iban en vehículos eléctricos sobre ruedas.

El último muro que atravesaron fue el muro que rodeaba la capital, Tharosky. Entraron a la capital, estaba atardeciendo pero al entrar el cielo se tornó oscuro, como si hubiese anochecido de repente. La gente de la capital ya no usaba prendas que cubrieran sus caras; la gran estrella se veía como si fuese la Luna. El techo cristalino protegía a los ciudadanos de la capital bloqueando los rayos del Sol.

Después de un rato todos los vehículos aparcaron alrededor de un edificio enorme, uno que sobresalía del resto; el rascacielos era color plateado y de sus muros caían plantas verdes, de hojas anchas, había algunas plantas de color rojizo oscuro. Jaden alzaba el rostro hacia el cielo y no podía observar el final del edificio, era colosal, mucho más que los demás.

Todos los jóvenes salían de los vehículos y los soldados los formaron uno tras otro en un patio grande y techado dentro del edificio. Jaden se quedó cerca de Tara; ambos quedaron dentro de las filas de las formaciones. Mientras Jaden observaba alrededor alcanzó a ver a Zircón, uno de los hermanos de Lea, y no lo perdió de vista. Al cabo de unos minutos todos los jóvenes habían bajado de los vehículos y ya estaban formados en las filas. Después de eso entró el soldado de mayor rango que había dado instrucciones a los soldados y dirigía la misión. Los miró a todos y comenzó a hablar con voz fuerte diciendo:

Leann: Orígenes de una LeyendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora