Campamento escolar de supervivencia

Campamento escolar

Prólogo: Llegada al campamento.

Yo estaba caminando con mi amigo Alberto como de costumbre, de vuelta a nuestras casas después de el instituto cuando llego el momento de separarnos.

Alberto: Bueno Juan adiós que tengas un buen día.

Yo: Gracias, igualmente, ¡hasta mañana!

-Entonces continue mi camino como hacía normalmente, solo que a mitad de camino escuche a alguien gritando.

-¡Sócorro!

-Dijo aquella voz. Así que sin dudarlo ni un instante me acerque corriendo a ver lo que sucedía, pero cuando llegue no había nadie.

Yo: ¿¡Pero que...!?

-Fue lo último que pude decir antes de ver una especie de gas que me dejó inconsciente. Cuando desperte estaba en un avión que me llevaba a alguna parte, pero lo más raro es que no estaba sólo, todos mis compañeros de clase estaban aquí también, aunque parecía que yo era el primero en despertar.

Yo: ¿¡Dónde estoy!? ¿¡Qué pasa aquí!?

-Tranquilo chaval, os lo explicarán todo cuando lleguemos al campamento. Dijo alguien desde alguna parte.

Yo: ¿¡Quién eres!? ¡Déjate ver!

-Mira chaval, o te tranquilizas hasta que llegemos o te pongo a dormir otra vez.

-No quería callarme, pero en aquella ocasión no tenía más remedio. Paso el tiempo y llegamos al lugar de aterrizaje,mis compañeros empezaron a despertarse y todos tenían las mismas reacciones que yo, era lo normal puesto que no sabíamos lo que estaba pasando. Muchos tipos con armas nos llevaron hasta un edificio, y entramos en una habitación parecida a un aula de instituto, solo que estaba vieja y destrozada. Nos hicieron tomar asiento y el que parecía el jefe de esa gente empezó a hablar:

-Supongo que os preguntareis porque estáis aquí, bien... estáis aquí para jugar a mi juego un juego en el que sólo uno ganará, la forma de ganar es siendo el último con vida, lo que significa... ¡qué os tendréis que matar los unos a los otros si quereis salir de aquí!

-¿Pero que acaba de decir este tío? No, esto no puede estar pasando, ¡esto no puede ser real! Mire a mis compañeros algunos no se lo podían creer, otros directamente lloraban. ¿Qué nos va a pasar? ¿¡Qué sera de nosotros ahora!?