Capítulo 22: ¿Cuántos astros se alinearon si yo te encontré?

131 15 4
                                    

Narra Nelly

Me desperté envuelta en un agradable aroma abrazada a JuanPa. Me quedé mirándolo dormido, era como un niño sonriendo, despeinado a lo rebelde, luego apoyé mi cabeza en su pecho y con ella, la mano justo al lado.

-Buenos días... -Susurró con voz adormilada, inspirando una gran cantidad de aire y rodeándome con sus brazos.

-Buenos días. -Sonreí y deposité un beso en su pecho.

-¿Has dormido bien? -Me besó el cabello.

-No he dormido tan bien durante años.

-Me alegra escuchar eso.

Nos abrazamos un rato más.

-Tengo que tomarme la píldora... -Interrumpí.

-Cuando nos levantemos te la tomas. Lo peor es que yo me he quedado sin ropa. -Rió.

-Tengo que lavártela luego, y mientras te pones algo de mi hermano.

-¿No le molestará?

-Sólo si se entera y como no está, no se enterará salvo que se lo diga. Y como no le voy a contar nada de esto a nadie...

-A mí seguro que me han llenado el móvil de llamadas. -Dijo JuanPa cogiendo el móvil. -Mira, ¿ves? Doce llamadas entre Simón y Villa.

Me enseñó la pantalla del móvil y así era. Se habían pasado la noche llamándolo y mandándole whatsapps.

-¿Te vas a ir? -Le pregunté.

-No, no me voy a ir porque me gusta estar contigo.

No dije nada más, le abracé pero esta vez encima de él.

-A mí también me gusta estar contigo, ¿sabes?

Nos limitamos a sonreír y a darnos besos cortos y repetidos, hasta que empezaron a sonarme las tripas.

-Creo que alguien tiene hambre... -Reía JuanPa.

-Y mucha. -Acabé diciendo.

-Vamos a levantarnos, anda. Te preparo yo hoy el desayuno.

-Ah no, estamos en mi casa, así que yo hago el desayuno.

-No quiero abusar de ti.

-No abusas, tranquilo. Me apetece hacerte un desayuno español con tostadas y mermeladas y una buena taza de café.

-A mí me apetece ducharnos juntos, sin hacer nada, sólo ducharnos. Y ya si eso, me preparas ese desayuno del que tanto hablas.

-Vale.

Accedí y, nos fuimos al baño los dos juntos.

-Lo que daría por despertarme a tu lado todos los días. -Me susurró JuanPa al oído.

Me limité a sonreír, a sonreír como una idiota enamorada. Cada vez, la historia entre él y yo, estaba cogiendo más similitudes a una novela de esas de amor.

-Lo que daría yo por dormir abrazada a tí todas las noches... -Lo miré con una sonrisa.

Estuvimos un minuto dedicándonos miradas, hasta que JuanPa abrió el agua, esta vez no era fría, esta vez, nos relajaría cada músculo y nos dejaría pensar con claridad.

-¿Te enjuago el pelo?

-Claro, si quieres... -Dije sonriendo.

-Dime que champú usas.

-Este, mira.

Se lo di y empezó a echarlo por toda la palma de la mano, para luego extenderlo por todo mi cuello cabelludo, mediante agradables masajes.

Más Que Una Amistad Sin Fronteras(Edición Isaza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora