El contratiempo

El misterio de la cabaña

Era una noche lúgubre, en un bosque cualquiera de un lugar cualquiera, donde nos encontrábamos perdidos mi mejor amigo y yo las cosa ya iban tomando un giro positivo ya que habíamos encontrado un lugar donde podríamos pasar algunas noches hasta que pudiéramos solucionar lo del automóvil. Ambos estábamos cansados por la larga caminata que habíamos hecho hasta la cabaña y cada vez caminábamos más lento de lo normal, parecía que ya era más de media noche y ya queríamos entrar a esa cabaña para poder descansar.

Nos íbamos acercando lentamente al lugar cuando Mico decidió acercarse al lago en el que estaba construido la cabaña y beber un poco de esa agua, momentos después Mico escupe el agua porque estaba salada y decidimos continuar hacia la cabaña, teníamos que subir una larga escalera para poder llegar a la puerta principal de la cabaña. Una vez en la puerta Mico decidió tocar la puerta para ver si alguien salía a recibirnos o la cabaña estaba abandonada, después de esperar unos cuantos minutos de la puerta sale una hermosa chica, con una piel tierna del color del pan y los ojos de grano de café, y tenía el cabello liso y negro según la describía mi amigo que había quedado profundamente enamorado de ella, mientras yo pensaba en que se parecía un poco a la joven que había visto el día anterior cuando estaba caminando con Mico por el bosque. La joven nos preguntó si deseábamos alguna cosa a lo que respondí que si nos podría dar un lugar donde podamos descansar, la chica nos dejó quedarnos en su cabaña que en si no era suya sino la de su padre que por el momento estaba fuera cortando más árboles para la leña y que también en esa cabaña vivía su hermana pero que también había salido a traer comida. Ya adentro Mico le pregunta a la chica su nombre a lo que ella contesta Scarlett y comienza a entablar un larga conversación con ella mientras nos llevaba a una habitación donde pudiéramos dormir y a su vez mientras que yo miraba cada lugar de la cabaña ya que contaba con numerosas puertas a lo largo del pasillo.

Después de unos cuantos minutos llegamos a la habitación en donde pasaríamos la noche, la chica se despidió de nosotros hasta el día siguiente y procedió a cerrar la puerta de la habitación. Una vez solos mi amigo me comentó que estaba enamorado de esa chica a lo que yo solo sonreí, ambos nos acostamos, cada uno en una cama ya que esa habitación contaba con cientos de camas y nos quedamos dormidos felices de haber encontrado un lugar donde pasar la noche.