III

17 2 0
                                    

Que mejor forma de disfrutar la vida que una fiesta, pero no cuando algo malo te va a suceder, tal vez Cameron estaba en el momento y lugar equivocado, ya que este se le había olvidado las palabras de aquella misteriosa mujer.

-Tu me gusta tanto y este nunca miente, y ay mamita. Que quienes somos "  The Axel"- terminaron de cantar en el karaoke, les había tocado "mamita" una canción de una banda latina-estadounidense llamada CNCO, los aplausos no faltaron por parte de los asistentes.

Todo iba bien, hasta que al bajar las gradas del escenario, se canso, sentía que el mundo le daba vueltas, el cuerpo le ardía y parecía que su rostro se desfiguraba, no le importó la fiesta y salio corriendo a tal velocidad que las miradas se dirigían a él, y como no un chico corriendo en una fiesta importante, lo creerían un loco.

-Hey Cam, ¿a dónde vas?- grito Jake, no obtuvo respuesta su amigo ya había salido del edificio, ahora se encontraba en la calle, donde la luz lo molestaba.

Se agarro su cabeza con las manos el dolor era insoportable, corrió hasta su hotel cruzó la calle sin ver a los lados, una luz lo cegó y se escucho un pitido, obviamente era el conductor ya que este se había quedado parado en medio de la calle.

-Hey, quitate de la calle- gritó el conductor, quién no estaría enojado de que alguien casi lo hace chocar.

-Lo siento- grito Cam corriendo al otro extremo de la calle.

Estaba justo en frente de su hotel, por instinto levanto la mirada, y cruzando la calle exactamente en el lugar que este se había encontrado unos minutos antes, diviso a la mujer vestida de negro, lo único que esta vez su cara si se veía, algo le sorprendió era la misma chica del aeropuerto, una autobús paso por la calle y la chica desapareció.

Éste pensó que estaba loco, corrió a su habitación sin importarle las miradas de todos ahí y que lo tacharan de un chico con problemas mentales, ya que este se iba quejando los dolores cada vez aumentaban.

Al llegar a su habitación, salió al balcón donde la luna estaba en su punto más alto, ahí recordó las palabras "Cuando la luna suba tu ya no estarás, tu imagen cambiara y tu desaparecerás" , pero que tenía que ver eso con esto.

-¿Sufres?- se escuchó una voz en el balcón resonaba por todo el lugar como si rebotara en cualquier objeto presente en ese momento.

Este levantó la mirada y se encontró con la misma chica esta vez traía un vestido negro pero hasta la rodilla, su cabello liso, largo hasta la cintura y negro como la noche y algo que resaltaba con su piel extremadamente blanca esos ojos azules como el cielo que parecían que iluminaban el lugar, pero eso no le quitaba ese toque malo, sobrenatural eso que si la vez te eriza la piel al instante.

-Tu no eres real estoy loco- dijo viendo hacia otro lugar, le provocaba miedo y este acontecimiento le ponía la piel de gallina.

-No soy de tu imaginación- gritó la chica haciendo que Cameron pegara un salto del susto.

Éste chico esta apuntó de enfrentar lo mas difícil que a su corta vida ha experimentado, sus actos iban a tener un merecido pero tiene que recordar una frase que todos alguna vez hemos usado "no jusques un libro por su portada".

La Maldición de la luna Llena ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora