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El rechazo es la peor maldición del ser humano, ser rechazado puede llegar a formar el mas grande odio dentro de una persona, llegar a tal punto de odiar a quien creías admirar, pero solo una lección eso le va a tocar a Cameron, afrontar los peligros que sus acciones toman.

-Hola "Los Angeles"- gritó Lian a sus fans quienes los esperaban con ansias en el aeropuerto.

Se escuchaban chillidos por parte de las fans, todas sentían emoción al ver a su banda favorita.

-¿Cómo están?- preguntó Cameron, al verlo la emoción estaba a flor de piel.

-Gracias por su apoyo- gritó el menor Jake.

Todos pedían autógrafos y fotos los tres formaban una banda "The Axel", Lian era el mayor con 19 años era un chico humilde que luchó por llegar a donde esta sus ojos son color gris peculiares  igual a su personalidad, en cambio Cameron de 18 años era un poco egocéntrico pero amaba a sus fans ya que por ellas estaba ahí, sus ojos eran verdes como las hojas de los árboles o como las esmeraldas más finas, Jake en cambio era el menor con 16 años pero eso no influía en el grupo se acoplaba bien sus ojos eran de un tono azul muy hermosos; eso hacía peculiar a la banda tenían ojos hermosos y un talento brutal y eso llamaba la atención de todos, uno de ellos no sabía lo que el destino le tenía preparado, debía aprender a respetar a las personas.

-Cameron me das un abrazo- dijo una chica.

Se diferenciaba de las demás, su atuendo estaba sucio, parecía callejera, pero sus ojos brillaban como dos luceros y no por nada eran azules.

El chico solo se quedo callado, y la ignoraba tomándose fotos con otras chicas le daba vergüenza que lo vieran con esa chica, pero este solo supo fijarse en su apariencia.

-Por favor- repitió con un tono angelical.

Cameron corrió al auto, pero antes de que pudiera entrar la chica lo toma del brazo haciéndolo regresar.

-Por favor- dijo esta vez más fuerte, pero manteniendo su humildad.

Cameron rápido se soltó del agarre, la miró a los ojos y solo se limito a decir:

-Lo siento no puedo, me tengo que ir- le dijo él, sintiendo asco por la apariencia de la chica.

-Tus amigos ellos aún están con sus fans ¿por qué tu no? - le grito la chica llorando.

-"Por que no quiero"- le gritó él subiendo al auto.

Él no sabía que esas simples palabras lo iban a atormentar; observó por la ventana a la chica pero notó algo extraño, los ojos de ella ahora tenían un tono negro no uno normal, sino uno demoniaco.

Él pensó que era su imaginación, se tallo los ojos volvió a ver pero la chica había desaparecido, se sintió mal por haberle gritado pero sentía asco por ella, pero esas simples palabras podían cambiar su vida completamente.

-¿Por qué te fuiste?- preguntó el menor llegando el auto.

-Me sentía mal- le respondió él, claramente le estaba mintiendo.

-Bueno cuando lleguemos al hotel descansas tal vez es por el largo viaje- le dijo este acomodándose en su asiento.

No respondió, debía admitir que la chica era hermosa pero extraña, habrá sido su imaginación que le jugó una mala broma o de verdad esa chica estaba ahí.

La Maldición de la luna Llena ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora