IV

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-Yo no soy de tu imaginación- dijo la chica casi gritando.

-¿Qué quieres de mí?- preguntó llorando, deseaba morir antes que tener ese terrible dolor.

-No supiste valorar lo que tenías, a quienes te querían, te admiraban, pero tu como idiota que sos no les prestaste atención- le dijo escupiendo cada palabra con odio.

-De que hablas, no entiendo- le dijo mirándola a los ojos.

-"Tiempo no tendrás, y tu alama morirá"- dijo tocándole el pecho.

Este inmediatamente sintió un dolor inmenso, sentía que mil dagas lo atravesaban, que cientos de balas se introducían, era un dolor que jamás pensó sentir.

-Que me has hecho- dijo con la voz agitada, sentía como que había corrido un maratón.

-Vas a aprender la lección debes de romper la maldición con el verdadero amor- le dijo esta.

-¿De qué hablas?, ¿qué maldición?- dijo, pero no obtuvo respuesta alguna- responde maldita sea.

No había nadie, hablaba solo en ese momento sintió un inmenso ardor en el pecho, como si lo estuvieran quemando vivo, corrió al espejo mas cercano se quitó su chaqueta de cuero negra y su camiseta color blanca, se observo en el espejo y no lo podía creer. Un tatuaje de rosas negras con espinas se formaba en todo su pecho, ¿esa era la maldición? Pues no era tan mal pensó él, siempre quiso hacerse uno. Pero eso no era todo, el dolor en su rostro volvió pero esta vez mas fuerte se deslizo por la pared cayendo al suelo sentado agarrando su cara, de un momento a otro todo paro ya no había ningún tipo de dolor.

Se levantó y observo su imagen en el espejo, no lo podía creer su rostro estaba lleno de ramas con espinas los cuales parecían tatuajes, su cabello se estaba cayendo quedando totalmente calvo no dudo en gritar todo su dolor, era ¿magia?, lloraba sin parar su vida estaba arruinada.

-Por favor, haré lo que me pidas regresame a la normalidad- gritó él, pero ya era muy tarde el reloj marcaba las 11:11, una hora con un gran significado.

-Cameron ¿Estás ahí?- preguntó Jake, quien tocaba la puerta, había salido de la fiesta le preocupaba el raro comportamiento de su amigo.

-Vete- gritó llorado Cam, le dolía gritarle a su amigo pero...le dolía mas que lo viera así.

-No Cam me preocupas, últimamente has actuado raro, déjame ayudarte- le dijo el chico oji azul.

-No puedes ayudarme, nadie puede- dijo, lo último lo susurro para sí mismo.

-Abre la puerta, sal y habremos- le dijo, en el fondo sabía que Cam necesitaba su ayuda.

-Prometes no asustarte- le dijo Cam, su aspecto era feo, Jake no debía verlo así.

-Lo prometo sea lo que sea- dijo, no sabía porque Cam le había dicho, que sería tan malo.

Lentamente Cameron abrió la puerta del baño, dejándose ver completamente, su vista estaba clavada en el suelo no quería ver la reacción de su amigo.

-Pero que mier**- dijo este, el no era de decir malas palabras pero fue la única que se le vino a la mente en esa situación.

-Ya dime monstruo, feo, raro dilo- gritó Cam, le dolía que su propio amigo lo viera como si fuera una rareza.

Se sorprendió tanto por la reacción de su amigo lo abrazo, si lo abrazo, este corresponde el abrazo Jake era como el hermano menor que nunca tuvo.

-Sea lo que sea que te haya pasado, ¿cómo fue?- preguntó el chico, mirando cada tatuaje que el oji verde tenía en el cuerpo.

-¿Prometes creerme, y no decirme loco?- preguntó Cam.

-Jamás lo diría puedes confiar en mi- le dijo Jake, no dudaría ninguna palabra que salga de la boca de su amigo.

Cameron le contó con lujo de detalle a su amigo desde lo que paso en el aeropuerto hasta lo que paso hace poco en la terraza, su amigo lo miraba con asombro prestaba atención a cada gesto de su amigo, le preocupaba como reaccionaran Lian y George, las fans pero sobre todo el mundo, pero más le preocupaba el bienestar de su amigo, tenía que ayudarlo de cierto modo, no podía quedarse de brazos cruzados viendo a su amigo así, el haría algo y tenía que ser lo mas pronto posible.

La Maldición de la luna Llena ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora