CAPÍTULO 1 - LA SEGUNDA REVOLUCIÓN BOO

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Pikachu llegó, tras un largo camino, a Mario Kart Wii. Era una zona de la que disfrutaba mucho, pero no podía olvidar que, allí, él era un invitado. Era uno de los puentes entre sagas, un lugar dónde coincidir con los personajes de Mario Bros. Sin embargo, sabía que no sería tan fácil. Que para llegar a Mario en persona tendría que saltarse las normas, que entrar directamente en su saga. 

Un kart con forma de nube le hizo salir de sus pensamientos bruscamente. Era mal momento para morir, así que decidió poner más cuidado. 

-¡Aparta, extraño! -gritó con grosería un Goomba desde el coche. 'Extraño' era la forma despectiva de referirse a aquellos que no pertenecían a tu saga. 

Cada juego estaba unido por caminos entre sí. En este caso, había un camino para los Pokemon y otro para los Mario. Al comienzo de cada uno, unos seres puestos por Humano vigilaban que no hubiese mezcla de sagas. Eran una especie de pinguinos malvados, que Pikachu no lograba ubicar en ninguna de las sagas. 'Serán secundarios', pensó para sí. Secundarios o no, iba a tener que burlarlos de algún modo para conseguir coger el camino a Mario. 

Pikachu sacó de su mochila con forma de pokebola una gorra verde y un peto. 'Si son suficientemente tontos, debería valer'. Además, gracias al último juego, Pikachu había adquirido habilidades en disfraces. Se acercó a los pinguinos-guardias.

 Se acercó a los pinguinos-guardias

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-¡Eh, Luigi! Ven aquí.

-¿Pikapi?- respondió Pikachu, nervioso.

-¡Pues claro que es a ti!, ¿cuántos Luigis te crees que hay?

-No seas duro, siempre hemos sabido que es el hermano con menos luces- le dijo en bajito su compañero, mirándo a Pikachu con una media sonrisa.

Nuestro amarillo protagonista cogió aire y se puso recto, intentando aparentar ser algo más alto. Si los pingüinos le habían parado, es que sospechaban. Todo su plan se podría ir a la porra en un segundo.

-¿Cuándo vas a ver a Mario? Todo el pueblo seguimos esperando a que le transmitas la noticia. No podemos esperar ni un día mas.

-Pikachu pikapika- contestó Pikachu, intentando hacer ver que entendía de lo que hablaban. Lo cierto es que estaba muy perdido.

-Está en Paper Mario, el de la Wii. Llegas antes si atajas por 64, ya sabes. Si no se lo dices tú, se lo tendremos que acabar diciendo nosotros, y no será por las buenas.

-Pikapika pikachu pikapi pika- agradeció Pikachu, mostrando seguridad en sus palabras. Siguió su camino y suspiró aliviado por haberles engañado. 

Pero sus problemas sólo acabanan de empezar. Pasar por 64 sería sencillo, pero sabía lo que significaba que Mario estuviese en Mario Paper. Tendría que usar el 2D para llegar a él, y hacía años que no lo practicaba. Si lo hacía mal, le descubrirían. Tantas emociones le superaban y se somatizaban en su pequeño cuerpo. Decidió descansar cuando llegase a 64.

Prácticamente al entrar, encontró la mansión Boo. Los Boo eran los personajes mejor aceptados de Mario por el resto de sagas, porque renegaban de la suya. Hacía años se levantaron contra los Principales de la Saga, exigiendo mayor protagonismo. La revuelta acabaron ganándola los de arriba, y los Boo fueron encerrados en mansiones. El resto de sagas empatizaban con ellos y viceversa, así que Pikachu decidió que sería un buen sitio para pedir refugio durante algunas horas. 'Es mejor que me quite el disfraz antes de pedir asilo', pensó para sí y llamó a la puerta.

Un Boo le abrió casi instantaneamente, y se asustó como si Pikachu fuese el fantasma. 

-¿Qué haces aquí, extraño? ¿Cómo has llegado?

-Pikapika pikachu, pikapi, pika pikachu pikachu pikapika.

-Pasa, corre, el resto me lo cuentas dentro, te pueden ver- le apremió el Boo.

Pikachu sabía que los Boo le apoyarían. Al final, su causa era muy similar a la que les llevó a rebelarse a ellos hace años: demostrar que ningún personaje es más importante que otro. 

El Boo le guió a través de plataformas hasta la zona más alta de la mansión. Allí, dejó que Pikachu contase su historia y sus intenciones al resto de integrantes del lugar. Mientras Pikachu hablaba, el resto se miraban y asentían, como dándole la razón. Cuando acabó su discurso, Pikachu miró a los Boos, expectante. Sólo uno habló, era grande y estaba detrás del resto. Se levantó y dijo muy despacio:

-Claro que te ayudaremos.

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⏰ Última actualización: Nov 07, 2017 ⏰

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