Un hombre está puesto de rodillas, manos hacia atrás, respira a un tempo de 180 bits por minuto, el barril de un rifle M16 está tocando su cabeza. Dylan sostiene el rifle con temblor, inseguro; a su derecha, sus compañeros, a su izquierda, Hemingway. Todos lo están juzgando. Dylan inhala, exhala, inhala, exhala, cierra los ojos, los abre, listo para jalar el gatillo, se detiene, baja el rifle.
Dylan: No puedo hacerlo
Hemingway: Vas a hacerlo
Dalí: Señor, ¿lo puedo hacer yo?
Hemingway: No, lo va a hacer Dylan porque tengo mis dudas sobre él
Pollock: ¿Y yo?
Hemingway: ¿Tú qué?
Pollock: ¿Puedo matarlo?
Hemingway: No soldado
Pollock: ¿Por qué?
Hemingway: Precisamente por eso, porque quieres matarlo
Pollock: Ah bueno, ¿y luego él?
Hemingway: Se llama Tío Arthur, soldado, Tío Arthur, ¿alguna vez has matado a alguien?
Tío Arthur: ¿Eh?, no, nunca, jamás, y... no quiero hacerlo
Hemingway: Entonces, ¿Qué haces en la guerra? Primeramente, ¿cómo han sobrevivido hasta este punto aquí sin alguien como yo?
Dalí: Aunque no lo crea, Dylan fue quien la hizo de líder
Hemingway: ¿Es cierto eso soldado?
Dylan: Eso parece señor
Hemingway: Entonces, si eres un líder, ¿por qué no puedes matar a una persona?
Dylan: Primero, soy pacifista señor, segundo, este hombre es inocente, tercero, asesinar a un hombre inocente es un crimen abominable
Pollock: Oye, ¿sabías que mientras estas en la guerra tienes la libertad de meterte a la ley por el culo?
Hemingway: No empieces soldado, además, eso ni siquiera es verdad, hay ciertos crímenes que en realidad afectan y no nos meteremos en una discusión sobre los derechos y obligaciones del soldado
Pollock: Bueno, ¿quién va a matar al chino ese?
Dylan: Se les dice vietnamitas
Pollock: Es lo mismo, sabiondo
Hemingway: Tío Arthur, tú hazlo, mata a este hombre
Tío Arthur: Por... por qué... ¿por qué no se mata usted?
Pollock y Dalí abuchean
Hemingway: A ver, a ver, no hagan tanto escándalo. Soldado, cuanto tenía tu edad... ¿cuántos años tienes?
Tío Arthur: ...treinta y dos señor
Hemingway: Cuando era más joven que tú, en mis veintes, me iba a suicidar, hasta ese punto, mi vida se había sentido como algo muy dispensable, lo iba a ser, tenía mi soga preparada, el nudo al cuello, había dado lo que creía que iba a ser último suspiro pero, la soga se rompió, de todos modos me di un buen golpe, tanto hasta que me dio amnesia y me desmaye, morí y volví a nacer en mi baño con un nudo de una soga en el cuello, trate de buscar el hobby más fácil de hacer, y era el de leer, los únicos libros que tenía en mi casa eran los de Ernest Hemingway y esas palabras fueron lo que me mantuvieron vivo, así que no hagas chistes con el suicidio hijo, eso es cosa seria.
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Problema en el Paraíso
General FictionUn grupo de inexpertos soldados es liderado por un veterano paranoico cuya misión consiste evitar una tercera guerra mundial