¿Ya es demasiado tarde? (CLEXA AU)

Epílogo

Epílogo

Hoy les voy a contar la historia de amor más bonita del mundo entero, bueno, en realidad ya conocen gran parte de esa historia, pero ahora les traigo todo y con lujo de detalles.

Sí, yo sé que quieren saber, y sí, me he casado con Lexa. El día que me propuso matrimonio fue uno de los momentos más felices de mi vida, no les voy a mentir yo también tenía pensado pedirle matrimonio, pero mi preciosa de ojos verdes me ha ganado de mano.

Los preparativos de la boda fueron estresantes, pero compartí mucho más tiempo con mi amada esposa. Nos casamos en la playa, sí, leyeron bien, Lexa quiso casarse en la playa ¿Decirle qué no a mis ojos verdes? Imposible.

No me pregunten cómo pero mi Lexa refacciono su casa, bueno, bueno, nuestra casa de la playa. Para el día de la boda había mandado a construir un sendero hasta la orilla del mar, el cual había adornado con flores blancas y lilas, me había dicho que queria conseguir flores celestes pero que los tiempos no le habían dado.

A nuestra boda asistieron solo las personas más cercanas a nosotras, mis padres, Lincoln, Octavia, Raven, Anya y algunos compañeros de trabajo. También, para su sorpresa, Niylah había asistido, resulto ser que la fotógrafa, Maite, era su novia y aunque a Lexa le haya molestado solo un poquito, Niylah pudo acompañar a su novia a nuestra boda.

Lloramos mucho ese día, las lágrimas de alegría son las más hermosas, y les puedo jurar aquí y ahora que si ustedes hubiesen estado en mi lugar y hubiesen visto a mi esposa llegar al altar con un hermoso vestido blanco, el pelo suelto y ondulado, en una de sus manos llevaba un ramo de flores blancas y con la otra sostenía la mano de Lincoln con fuerzas, díganme ¿Quién en su sano juicio no hubiese llorado a lágrima tendida como lo hice yo? Por Dios, sí todavía la recuerdo como sí hubiese sido ayer y desde esa fecha ya han pasado muchos años.

60 años atrás

- Eres un ángel. – le susurro la rubia cuando Lexa llego al altar. - ¿Realmente te vas a casar conmigo?

- Me voy a casar contigo y voy a vivir toda mi vida contigo. – Lexa le sonrió, solo como ella sabía hacerlo, con esa sonrisa que irradiaba luz y felicidad. – te amo Clarke.

- Y yo te amo a ti. – la rubia suspiro – espero que esta mujer se apure en anunciar que estamos casadas porque no sé cuánto tiempo más voy a poder aguantar sin besarte. –

- No me importa, dame un beso. – le dijo la castaña. –

- Lexa no... - le advirtió la rubia sonriendo con el mohín que logro sacarle a la castaña. –

- ¡Atención por favor! – grito Lexa para que todos la escucharan. – necesito parar esta boda. –

- ¿Qué? – se escuchó que preguntaron muchos. –

- ¿Lexa qué haces? – pregunto la rubia, pero Lexa la ignoro por completo. -

- Necesito hacer algo muy importante. – en ese momento Lexa miro a Clarke se acercó a ella y la beso dulcemente en los labios. – te amo. – le susurro antes de volver a hablarle a los invitados. – ahora sí, podemos continuar. –

- Eres una idiota. – Clarke sonrió y negó con el rostro. –

Luego de dar el "Si quiero" y de festejar junto con todos sus amigos y familiares, ambas mujeres emprendieron su viaje hacia su luna de miel. Lexa había sido la responsable de elegir el lugar a donde irían, en ningún momento le dijo a Clarke cual era el destino, siempre desde que la rubia le preguntaba, Lexa le decía que era una sorpresa.