Capítulo 8: De compras (Parte 2)

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De vuelta con los otros chicos, los cuales se encontraban dentro del centro comercial...

Los cuatro chicos de cabellos diferentes se encontraban observando casas de muñecas embobados, ya que Akashi les dijo que tenían comprar seis, uno para cada uno de ellos, ya que allí es donde harían que habitara el tigre, eso sí, tendrían que modificar el tamaño de los objetos a la altura del tigre, para que tampoco se le hiciera pequeño, pero aquello no supondría ningún problema para Akashi, ya que dando una buena cantidad de dinero, podrían tenerlos sin problemas. Aunque claro, tendrían que enviarlos a sus casas, ya que a mano es imposible llevarlos.

Y como decía, antes de que modificaran el tamaño, tenían que elegir los diseños de las casas, según los gustos de los seis, Akashi decidiría por Tetsuya y Daiki, ya que ellos estaban cuidando del mini tigre.

Y ahora mismo veían cada uno de ellos muy interesados las distintas casitas..

-Kyaaaa, esta se ve adorable para Kagamicchii- Comenta con ojos brillantes mientras observaba una casa al estilo victoriano y de un color amarillo que daba un aspecto totalmente elegante- Akashicchi, quiero este- Le pide encaprichado, tal como si fuera un niño con un juguete nuevo. Akashi evaluó el que le señalo el modelo para tras unos segundos de observarlo darle el visto bueno.

-Está bien, ese será uno de los seis, veamos los demás- Acepto, tapándose los oídos, ante el grito de felicidad que dio el rubio. Midorima y Murasakibara lo miraron mal, ya que el rubio hacia demasiado escándalo para sus gustos.

-Kise-chin, cállate o te aplastare- Amenazo el titán con un aura oscura.

- Por una vez estoy de acuerdo con Murasakibara, nanodayo, haces demasiado escándalo KIse- Comunico el peli verde con expresión seria, frunciendo el ceño.

El rubio hizo un puchero ante la regañina que le cayó, pero decidió obedecer ante la clara y silenciosa amenaza por parte del emperador, que lo miraba de manera intimidante. No quería que le lanzara nada afilado...

Luego de que el rubio eligiera, Murasakibara, sigo observando todo tipo de diseños con cara de hastió, hasta que vio una, que le hicieron brillan los ojos y pedirle a Akashi que la comprase.

Los presentes fueron a ver qué diseño había escogido y cuando lo vieron a todos se les resbalo una gotita por la nuca. Por supuesto no podía fallar, Murasakibara eligió una casita que estaba hecho en forma de dulces, incluido topos los accesorios.

-No me sorprende nanodayo- Comenta Midorima, acomodándose de nuevo los lentes, a lo que el resto, excepto el peli morado, asintieron de acuerdo con el de lentes.

Finalmente Midorima y Akashi escogieron el resto de las casas.

El que escogió para sí mismo Midorima, se trataba de un diseño clásico pero con toques modernos en algunos de los accesorios, Akashi, por el contrario, se decidió por uno tipo oriental para Tetsuya, otro, moderno pero con toque deportivo, para Aomine. Y finalmente el pidió uno lujoso y que incluyera hasta el mínimo detalle mas lujoso que existiera.

Una vez terminaron de escoger y dar los detalles exactos al vendedor, salieron de la tienda para volverse a reunir con los dos chicos que se habían quedado cuidando al mini tigre.

Los cuatro que volvían de comprar se encontraron con que tanto la antigua ex sombra como su ex luz estaban con algodoncitos en la nariz.

Aquello les extraño y fue el más curioso de ellos, o sea, Kise, el que pregunto por ello.

-Ne, Kurokocchi, Aominecchi ¿Por qué lleváis algodones en la nariz?- Pregunto ladeando la cabeza curioso y confundido.

Los dos nombrados se miraron entre si llegando a una conclusión silenciosa. Ninguno de ellos comentarían la escena tierna que vivieron gracias a Taiga.

El Pulgacito RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora