Capítulo 6

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- Tú madre es genial, tienes que reconocer que te ha dado un buen consejo....yyy ¿piensas seguirlo?.

- Creo que será lo mejor, no gano nada con alejarme de Adrien además no podría por mucho que me duela verlo con otra.

- ¿Y Nathaniel? - preguntó la morena.

-¿Que pasa con él? - respondió sin mucho interés la azabache.

- Oh vamos, no te hagas la tonta, sabes de sobra que le gustas y el otro día se te veía muy a gusto en su compañía, tanto que ni cuenta te diste cuando Adrien se fue. - le recordó.

- Únicamente lo considero un amigo y nada más y lo del otro día fue que me pidió ayuda para un trabajo de su taller de arte. Les encargaron dibujar un atuendo del siglo diecinueve y traía un libro con la moda de esa época para que le aconsejara cuál sería el apropiado para su cuadro. Y ya me conoces, era un libro con vestidos chulísimos así que perdí la noción del tiempo ojeándolo. - dijo con una mueca de desagrado al recordar la oportunidad perdida con Adrien.

- ¡Marinette, han venido a verte! - anunció Sabine desde el piso de abajo.

Las dos chicas se quedaron viendo entre sí desconcertadas, ya que salvo que fuera Nino no esperaban que nadie visitara a la azabache.

- ¿Quien podrá ser? - preguntó curiosa Alya.

- No lo sé, ven vamos a ver. - la azabache tomó un pañuelo y lo pasó por los ojos y las mejillas pera eliminar cualquier rastro de las lágrimas derramadas.

Alya seguía de cerca a Marinette por las escaleras - ¿Mamá? - preguntó la azabache al no ver a nadie en la estancia - Debe de haber bajado ya. - comentó a su amiga.

Marinette se dirigió hacia la puerta, Alya se disponía a seguirla cuando sintió como la tomaban del brazo y tiraban de ella hacia la cocina, al voltear vio como Sabine le indicaba con un dedo sobre los labios que no hiciera ruido a la vez que le guiñaba un ojo.

La azabache no se había dado cuenta de que su amiga ya no estaba con ella cuando rodeo con su mano el picaporte y tiro de él para abrir la puerta.

Al abrirse la puerta su primera impresión no se hizo esperar llevándose ambas manos a los labios ahogando una exclamación y retrocediendo titubeante un paso. Con los ojos desorbitados veía al otro lado de la puerta a un insultantemente guapo Adrien sonriéndole tímidamente y ataviado con un hermoso traje azul oscuro de dos botones, una impoluta camisa blanca y una exquisita corbata roja con unas casi imperceptibles trazas negras. Lo miro más de una vez de arriba a abajo con ojos temblorosos.

- ¿A...Adrien? - la chica solo alcanzó a pronunciar entrecortado su nombre.

- Hola Marinette - el chico ensanchó la sonrisa y le tendió la mano ofreciéndole cohibido lo que en ella traía. - Te...ten, son para ti. - la azabache fijó su vista en un bello bouquet de rosas rojas con orquídeas en el centro, el cual antes ni siquiera había notado.

Extendió con timidez su mano para tomar el ramo, no pudo evitar que sus manos se rozaran trayendo de inmediato a su memoria el recuerdo del día en que Adrien se clavó en su corazón con el simple detalle de darle un paraguas. En cuanto tomó el ramo lo sostuvo contra su pecho.

- Gra....gracias. ¿Pe...pero que haces aquí?, ¿No tenias una cita? - en cuanto vio el mohín que se había formado en el rostro del chico rápidamente se llevó la mano a la boca para evitar soltar otra imprudencia, se había dado cuenta de que inconscientemente había delatado a Nino y como si fuera una confirmación escucho a sus espaldas como alguien se golpeaba la frente con la palma de la mano.

Una cita...sin ti   - (Miraculous Ladybug - Adrinette) - Otra historia cliché.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora