DE VUELTA A CASA

CICATRICES

V.- CICATRICES:

Abrió los ojos, una luz artificial cegó su vista durante interminables segundos, así que decidió mantenerlos cerrados. Su cuerpo punzaba dolorosamente, en especial su pecho, su corazón parecía más débil pero latía constante y tranquilamente. Su boca tenía un regusto amargo, pasó un poco de saliva, su garganta estaba seca y dolía como el infierno intentar tragar su propia saliva. Un pinchazo atravesó su cabeza, de la frente hasta la nuca, por lo que sus memorias se perdieron durante largos segundos; sabía que se encontraba en el hospital de la Aldea Oculta entre las Hojas, no era la primera vez que estaba ahí, pero simplemente no podía recordar la razón. Forzó a su cerebro a evocar todo lo que había olvidado, a pesar del dolor, pudo conseguirlo. Esa misión donde pensó que no lograría sobrevivir, pero había más, de pronto un miedo terrible se instaló en su lastimado pecho, ignorando el dolor se sentó en la cama, no tenía idea de cuánto llevaba ahí pero tenía que averiguar qué había sucedido después, no lograba imaginar cómo seguía respirando cuando sintió su propio corazón dejar de latir. Tan enfocado estaba en ponerse de pie, que no reparó en la compañía de alguien más.

-Me alegra que despertaras, me tenías preocupada- eso tenía que ser un sueño, sus ojos y mente lo engañaban. -¿Cómo te sientes?-

-Sakura...- su voz sonaba ronca, supo que había dormido un largo tiempo antes de despertar. Alargó su mano intentando tocarla, eso no podía ser verdad, sin embargo su mano tocó esa cálida y suave piel. Su vista se nubló. Era como si el tiempo no hubiera pasado –Pensé que...- su voz se cortó, cómo era posible que él siguiera vivo, estaba seguro de haber muerto, todo había pasado tan rápido

-Naruto llegó a tiempo...- la voz de Sakura sonaba nostálgica, sus ojos demostraban el vívido miedo al que se había enfrentado –No sé cómo consiguió traerte hasta la Aldea tan rápido- apretó mas su mano entre las suyas y le dedicó una sonrisa.

-Te ves bien- Kakashi apenas podía creer que su joven alumna hubiera recobrado el color en sus suaves mejillas, la luminosidad en sus ojos y que pareciera tan viva, hacía mucho tiempo, quizás antes de que se fuera, que no la veía tan sana. Seguramente había sido por Sasuke, por darle la cura.

-Salvaste mi vida- la joven le dedicaba la mirada más dulce que jamás le vio, sin embargo esa mirada se la debía a alguien más.

-Sasuke fue quien te salvó, llegó con tu cura justo a tiempo, y no sólo a ti, también a Naruto- la ninja se encogió de hombros.

-Diste tu vida por mí, estabas dispuesto a sacrificarte y sigo viva gracias a eso. Cuando desperté y te vi...- su voz comenzó a temblar ligeramente –me di cuenta de que me habías protegido, morías en mis manos y yo estaba intacta gracias a ti- secó una solitaria mejilla que resbalaba –Pero no hablemos más de eso, tienes que descansar-

-¿Cuánto tiempo llevo aquí?-

-Dos semanas. Será mejor que avise a Tsunade-sama que has despertado, me regañará si sigo perdiendo el tiempo- se comenzaba a alejar pero él apresó su mano, ya había estado mucho tiempo alejado de ella.

-Estoy bien, no te vayas aún- temía que cuando saliera de esa puerta, despertara del sueño en el que creía estar, se daría cuenta de que uno de los dos, o ambos, había muerto en aquella misión. Su alumna cedió y se acercó de nuevo a él, con su mano entre las suyas, se inclinó y le dio un suave beso. Aún tenía su máscara puesta, pero su corazón pareció salirse de su pecho en ese momento, sentir de nuevo esos tibios labios cuando pensó que no podría volver a experimentar una sensación igual.

-Dime qué pasó después, cuando despertaste- pidió su sensei, sabía que no se rendiría con ese tema y era mejor decírselo ella misma, pero no era tan fácil contarlo, habían pasado dos semanas y su voz aún temblaba. Soltó su mano y aplicó chakra sobre su pecho, sonrió al verla tan recuperada. Comenzaba a sentirse útil de nuevo.