MANOS VACÍAS

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IV. MANOS VACIAS:

Kakashi viajaba con Naruto, era un clima que se podría considerar perfecto para llevar acabo una misión, el sol iluminaba la tarde, un viento frío soplaba intentando minimizar el calor, algunas nubes terminaban de decorar el paisaje, ruidos provenientes del bosque llenaban el silencio, algunos pájaros cantaban y gorgoreaban. Todo como debía ser. Pero el ninja que copia no podía dejar de pensar en Sakura, en su rostro temeroso y desesperado, en el tono suplicante; antes de marcharse estaba seguro de que su alumna sólo estaba exagerando, quizás estaba asustada, pero ahora no estaba tan seguro. Se dirigían a lo que parecía ser una misión de simple verificación, saber si realmente Kabuto o Sasuke se habían separado e intentar conocer las probabilidades de regresar a su alumno; pero algo no estaba bien. Era como si cada paso que diera lo acercara al fin del mundo, al borde de la vida, era sólo una corazonada, un presentimiento que estaba aferrado a su cabeza, una voz que con cada paso gritaba con más fuerza advirtiéndole del peligro que él no era capaz de ver aún. Esa voz era la de Sakura, probablemente sólo era la inquietud por haberla dejado como lo hizo y nada más. Quería creer que cuando regresara todo se resolvería maravillosamente, Tsunade sería capaz de sanar esa herida en el pecho de su alumna, la encontraría completamente recuperada aunque solo se hubieran separado un par de horas, se lanzaría hacia él y esa misión sería parte de una pesadilla. Sólo tenía que regresar, nada más.

-¿Todo esta bien Kakashi-sensei?- preguntó su alumno cuando se detuvo en medio del bosque. Estaban a dos horas de la Aldea, no demasiado lejos si llegaba a surgir alguna emergencia.

-Estamos cerca del lugar donde Kabuto fue visto- vigilaba a su alrededor, era terriblemente sospechoso que fuera visto a tan corta distancia de la Aldea –Debemos ir con cuidado- declaró intentando demostrar la calma que estaba perdiendo. Es una trampa, susurró la vocecilla en su cabeza.

-Podríamos separarnos... Kabuto está solo y tendremos más posibilidades de atraparlo si nos dividimos, cubriremos más terreno- sin duda era una buena idea, una gran estrategia si es que no iban directo a una farsa. Era el momento de decidir. Lo meditó tanto como pudo.

-No te alejes mucho. Nos veremos en una hora en este punto, no importa lo que veas, no te enfrentes a nadie –no había vuelta atrás, si eso era una trampa lo descubrirían pronto –Naruto, contrólate- el ninja asintió y desapareció de su vista.

Kakashi se quedó parado, inquieto y tratando de mantener la concentración al máximo nivel. Sabía que había sido muy arriesgado enviar a Naruto solo, pero era lo que se tenía planeado; su alumno no tenía ni idea de la discusión que había mantenido con Sakura, que iban tras él y que la misión entera podía ser una trampa. Había decido mantener todo en secreto y pronto descubriría el precio que pagaría.

-Espero no estar equivocado- le habló a la nada y reanudó su marcha. Dentro de todo lo mal que podían resultar las cosas se alegró de saber que Sakura seguía en el hospital, segura de cualquier potencial peligro, sabía que aún de no regresar, su mujer tendría posibilidades de curarse, era posible que la Hokage la curara como prometió y podía morir tranquilo si ella tenía una posibilidad. Era la primera vez que se sentía de esa forma y quizá por eso estaba más aterrado que nunca, jamás había tenido tanto que perder.

No habían pasado más de diez minutos cuando supo que se había equivocado y de manera fatal. Cualquier posibilidad de un futuro junto a su alumna tembló bajo sus pies. Orochimaru estaba frente a él, con una sonrisa burlona, mostrándole lo ingenuo que había sido, era obvio que Kabuto no estaba viajando solo y que ahora estaba tras Naruto. Entre más tiempo pasaran alejados más se complicaría todo, eso en el caso de que su alumno aún estuviera cerca, no estaba seguro de si Kabuto ya había conseguido llevárselo.

DE VUELTA A CASADonde viven las historias. Descúbrelo ahora