4. En casa

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Camino sin pensar qué decir, qué hacer. No quiero eso...

¿Seguro?

No quiero una criminal en mi casa. Me niego, rotundamente me niego.

-¿Todo bien? -pregunta Natasha y la veo de reojo. Debo parecer un loco andando por toda mi oficina.

-¡Estoy bien!

-Joder, qué carácter, jefe.

-Ahora no.

-¿Quieres que la traiga a tú lado?

-¿Qué?

- A Lyndsy, está en una celda especial.

-¿Por qué?

- Es el proceso -dice respondiendo con el rostro inconcino-. Ya lo conoce, Major, ¿a qué se debe su estado?

-Nada.

-El Coronel, me hizo partícipe también de su caso. ¿Está bien con la idea?

-Claro. ¿Puedes quedarte con ella?

-¿Con quién?

-Con Lyndsy..., ¿Por qué la tuteamos?

-No lo sé. De verdad se siente bien, parece...

-¡Estoy bien!

-Entonces....

-¿Entonces? Llévala a tu casa. Es una orden.

-Major, no escucho al oficial. Ella está bajo su vigilancia, estoy en su caso, pero como su ayudante. Yo y Nathaniel.

-Qué más da, joder.

Ella levanta los hombros y sale de ahí, de hecho estoy hecho un lío, no sé ni que hablo. Camino por el pasillo y miro a uno de los guardias en la puerta.

-Major -dice poniéndose de pie.

-Buen día. Me llevaré a Miss. Blumer.

-Está en la celda 2, pero hace rato Natasha entro con su medicamento. Tenía un poco de dolor en su cuerpo, está dormida. -Camino asintiendo y abren la puerta. La celda no debe ser muy grande, ni cómoda. Tiene unos 2 x 3 metros en medidas, con una cama pequeña.

Entro despacio y la veo. Está acomodada frente a mí, con sus manos en el pecho. Luce tranquila, como un Ángel.

Mi Ángel.

Pero que mierda acabo de decir.

-Lyn....es decir. Miss. Blumer.

Escucho como su cuerpo silva despacio por el sueño.

-No creo despierte, la medicina es un poco fuerte.

-¿No hay una cobija? -hablo tocando sus heladas manos.

-No, Major. Conoce el procedimiento.

-Me la voy a llevar.

-¿Así? Pero...

-Oficial, no me contradiga. Obedezca y ayúdeme con una manta.

Él solo asiente y camina en busca de algo que cubra su cuerpo. Joder, ¿Cómo llego a casa con una mujer? Cristal enloquecerá....ya la veo toda preguntona.

La levanto en brazos y sonrío cuando una rara mueca trae su rostro. Me quedo helado cuando mi compañera me ve entrando por la puerta y disimulo. Ella tiene los dientes abiertos, con una rara mueca.

Major. Lehner - Saga Lehner 1. 5®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora