Salí corriendo y me metí al coche de Matt. Ahí me frote las manos para calentármelas por el frío.
-Hola Laura. *Me dio un calido beso en la mejilla
-Hola. *Sonreí
-¿Qué tal estás?
-Bien, hoy bien. Esque ayer me empecé a encontrar mal, lo siento.
-Nada, tranquila. *Sonrió y puso el coche en marcha –Bueno, ¿A dónde quieres ir?
-Sorpréndeme.
Fuimos todo el viaje hablando. Era muy simpático y se le veía cara de niño bueno. La verdad es que el camino se nos hizo muy corto. Aparcó y salió del coche para abrirme la puerta.
-Gracias. *Sonreí amable
-Ven.
Me acerqué a él. Me giró sobre mis pies y me tapo los ojos con un pañuelo o algo así me parecía.
-¿Y esto? *Pregunté intrigada y emocionada
-Aaah, sorpresa hemos dicho, pero espero que te guste caerte.
Me cogió de las manos y empezamos a andar. Él guiándome claramente. Llegamos a un sitio donde podía notar como frío y calor.
-Sorpresa.
Abrí los ojos y pude ver que estábamos en una bolera donde la música sonaba fuerte y todo era colores.
-Ala que guay. *Miraba a todas partes
-¿Te gusta?
-Me encanta, gracias. *Sonreí
Empezamos a jugar y pues los bolos no son lo mío. Adoro jugar pero no son lo mío.
-Que mala que eres. *Reía a mi espalda Matt
-Es la bola que se tuerce. *Le saqué la lengua
-Anda que te ayudo.
Se puso detrás de mí y con una mano en mi cintura, me adhirió a él y con la otra agarró mi mano y la bola. Era una situación extraña, no estaba incomoda, pero tampoco cómoda.
-Pleno. *Dijo a mi oído después de derribar todos los bolos
-¡Bien! *Me separé de él para verle
Seguimos jugando hasta que mi derrota superaba los límites de lo patético.
-¿Vamos a comer?
-Mejor. *Reí
Salimos de la bolera despidiéndonos amablemente del chico de las zapatillas y después nos metimos al coche. Mientras Matt conducía aproveche a mirar el móvil. Tenía una llamada y un mensaje de Niall.
“¿Por qué te has ido a comer o lo que sea con Matt?” Su mensaje me parecía reacio, así que no le contesté. Apagué el móvil y seguimos con el trayecto.
Al parar en la misma puerta del restaurante, Matt bajó primero y me abrió la puerta.
-Gracias. *Sonreí y agarré su mano para salir
Estuvimos comiendo tranquilos en un restaurante italiano.
-Oye, ¿Cuándo volvéis Niall y tú a Londres?
-Mañana por la mañana.*Suspiré
-Jo, te podías quedar.
Alce los ojos de mi plato y le miré con una sonrisilla pícara.
-A ver, quiero decir, os podíais quedar. *Se puso nervioso
-Ojala, pero tengo que volver a la uni. *Reí
Seguimos hablando y comiendo. La verdad, que cuanto más conocía a Matt, más ganas tenía de seguir hablando. Terminamos de comer y fuimos a casa de Niall. Ya me estaba empezando a dar pena que estuviera preocupado por mí o algo.
-¿Hola? *Entre a su casa
Nadie me contestó, pero supuse que Niall estaba en casa porque tenía el coche aparcado.
-Pasa pasa. *Sonreí a Matt –Vamos a su habitación que igual esta dormido todavía.
Subimos a su habitación en silencio para darle un susto.
-Uno. Dos. Y tres.
Matt empujó la puerta con fuerza.
-Mierda. *Dijo Holly
Al ver la habitación, pude ver a Niall sentado en la cama con Holly encima. Gracias a dios estaban vestidos, sino, habría vomitado en la misma habitación. Miré a Niall, a los ojos, después de que la sonrisa al abrir la puerta desapareciera al instante. Él me miró a los ojos y se llevo una mano a la cara.
-Perdón. *Dije sin fuerzas
Matt cerró la puerta de golpe y me agarró de la mano para bajar. Yo estaba como en un cuerpo sin alma. Notaba que me había quedado pálida.
-¿Estás bien Laura?
-Si, esque me he mareado un poco al venir en el coche. *Mentí
-Anda, vamos al sofá y te tumbas un rato.
Bajamos al salón y nos sentamos en el sofá. Matt se sentó primero y yo al lado de él, dejándome apoyar en su pecho.
-¿Ponemos la tele?
Tenía la mirada perdida.
-Laura. *Agarró mis manos
-Ah, eh si vale.
Puso la tele y estaba la típica película americana de amor. Me tapé con la manta y sin darme cuenta, estaba tumbada en Matt y jugando con su mano agarrada a la mía. Estaba cansada, y poco a poco notaba como se me iban cerrando los ojos hasta quedarme dormida.
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.THE LUCK OF MY LIFE.
FanfictionJamás pensaría que mudarme a Londres me depararía esto. Me pondré al límite. Se pondrá al límite. Los amigos no se enamoran, ¿no?, pero, ¿a caso nosotros decidimos si nos enamoramos o no? "A veces el placer, a la larga, causa dolor, y, a veces el do...