★SILVER EYES★ «Frededdy»

♦U N O♦

♦Memory♦

Vayamos al pasado, un pequeño Freddy de al rededor de diez años se encontraba camino a un gran árbol ubicado en el gran patio de su antigua escuela.

En su mano llevaba un jugo de manzana, el favorito del azabache.
Estaba bastante feliz, había aprobado su examen parcial con buena nota gracias a Fred pues le había ayudado tanto a estudiar tanto a la hora del examen.

Al llegar a la frescura que otorgaba la sombra de las hojas del árbol una ligera sonrisa apareció en sus labios.

Le dio la espalda al tronco de este para recargarse y deslizarse hacia abajo lentamente y quedar sentado sobre es césped.

Admiraba felizmente la forma de las nubes, una más grandes que otras.

Pero... Al otro lado de el patio se encontraban los "Nightmare", el castaño no se llevaba muy bien con ellos, aquel grupo de chicos lo detestaban pues siempre lograba ser el mejor alumno es decir, buenas notas, ninguna queja por parte de los maestros, simplemente el niño "perfecto" a los ojos del mundo.

Por esa razón lo odiaban además que competía con uno de sus integrantes quedando segundo en las entregas de boletas, un chico peli-azul y de hermosos ojos esmeraldas; Onnie.

asechaban al castaño cual lobo a su presa esperando el momento para atacar.
Para muchos sería una estupidez golpearlo por aquel motivo pero... Para ellos no, ellos querían destacar en todo y así tener aceptación en la sociedad, lo que ellos no saben es que las cosas no son así, la sociedad está llena de prejuicios, la toxicidad de un mundo ciego y tan superficial.  hagan lo que hagan nunca la tendrán.

Se acercaban lentamente, como si nada, ya estando enfrente del de orbes azules, el castaño obscuro o mas bien "Deuz" tomó de la camisa al menor levantándolo en el aire.

Estaba atemorizado.

Entre insultos y burlas hacia Freddy, Deuz decidió soltar el primer golpe justo en su mejilla derecha.

Por otra parte Fred ya estaba furioso, no soportaba escuchar ese tipo de comentarios a su compañero por lo cual estaba intentando tomar el control del cuerpo mas el propietario de este no lo dejaba, tenía miedo de que lo dañaran.

En el momento en el que el de hebras color café claro cerró los ojos debido al impacto, el pelinegro aprovechó que se había debilitado para tomar el control del cuerpo.

Fred comenzó a reír ya con el control, una risa... Llamemosle "malévola", con la cual los tres atacantes se quedaron paralizados pensando el porque del cambio de voz tan repentino.

Lo observaban sin decir ni una sola palabra notando como abría sus ojos.
Ya no eran azules cielo, si no unos plateados.